La posición sobre la iglesia

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Dice el Señor:

20 de agosto de 1840.

1. Quiero dar una pequeña Palabra a aquellos que creen leer en el mensaje “El Camino al Renacimiento”, no Mi Voz, sino la de Satanás, o por lo menos lo consideran como una obra vana de Mi siervo escribano. ¡A ellos sean dirigidas estas líneas!

2. Ellos dudan de la autenticidad de Mi Gracia. ¡Si Yo también fuera capaz de dudar, podría dudar del amor de ellos! Porque, si bien es cierto, tienen la fe del intelecto, pero aún cuán lejos están de tener un corazón creyente. —En vez de convertir el corazón en uno juicioso y susceptible mediante el sentimiento, sólo llenan al intelecto cada vez más y más.

Este intelecto se les ha inflado de tanto leer, inflado como un balón lleno de gas que está atado al corazón mediante el cordón de la voluntad. Pero el corazón quiere expandirse y respirar Mi Amor misericordioso a grandes bocanadas. Esto sucede especialmente cuando Yo entrego algo un poco escondido dentro de una cáscara algo dura, lo que puede ser también algo bastante humillante para el intelecto.

Esta cáscara impide que la verdad pueda ingresar a través de los finos poros del balón de sus intelectos, pero también puede permitir que la Verdad pueda encontrar entrada en el momento cuando el intelecto desciende al corazón.

3. El balón del intelecto, lleno de los gases del aire, se eleva como un globo y jala fuertemente al cordón de la voluntad de tal manera que las entradas de las cámaras espirituales del corazón se cierran muy firmemente y las dádivas ya no pueden ingresar allí.

¿Y cuál es el resultado de todo esto? Nada más que la duda, porque las dádivas vivas resbalan entre los extremos del cordón de la voluntad, hacia arriba y hacia abajo, y no encuentran entrada, ni en el primero (el intelecto), ni en el segundo (el corazón). Por eso Yo tengo que actuar y quitar un poco de aire al intelecto, para que pueda bajar y así aflojar el cordón para que el corazón atado pueda recibir nuevamente aire.

4. El estado conforme al orden debe ser el siguiente:

El corazón es ampliado paulatinamente a través de la bajada humilde del intelecto hasta que el corazón lo acoge dentro de sí. El intelecto es calentado allí por el amor y se expande dentro del corazón. Con esto, el amor sufre cada vez más tensión, se enciende al final en su sublime calor, y la luz de su suave llama ilumina dulcemente al intelecto con una suave claridad.

Recién entonces resplandecen los tesoros del cielo en el intelecto, y, debido al calor de la luz, crecerán gradualmente y se diferenciarán y estructurarán cada vez más (como viéndolos bajo el microscopio) - de ello resulta entonces el hermoso entendimiento de corazón (y no del intelecto), que es el entendimiento del Amor y de la verdadera y viva Fe, y la semilla de mostaza se convierte en un árbol que invita, no solo a las aves del cielo (a tomar morada en sus ramas), sino finalmente también a Mí mismo, vuestro Padre.

5. Que lo dicho sirva para tu tranquilidad durante esos momentos futuros en los que recibirás similares reproches, como aquel en donde se dijo que tú (Jakob Lorber) eras un servidor de dos señores, o en donde que Yo también quisiera servirme, en beneficio de Mi Gracia, de un instrumento de Satanás.

Que las pocas palabras siguientes sirvan para la ventilación del intelecto en los escépticos:

6. ¿Es realmente loable que los hijos abandonen a su madre enferma y le deseen la muerte debido a sus múltiples dolencias?

—Yo digo: la Iglesia Romana es una ramera; pero vosotros habéis nacido en ella y habéis tomado la primera leche materna de su seno. Fue ella la primera que os enseñó a mencionar Mi nombre, la que os alimentó como una madre muy tierna y os prohibió sólo aquellos alimentos que hubieran dañado vuestro estómagos. Con esto os abrió el apetito por alimentos más vigorosos para el alma y el espíritu, que, según Mi voluntad, nunca os fueron negados de Mi parte, para que pudierais gozar a vuestras anchas. ¡Y aún hoy os regocijáis como no tan pronto lo hará alguien en su regazo!

7. Entonces, ¿por qué ahora llamáis, como lo hicieron Santiago y Juan: “Señor, ¡haz que lluevan rayos y azufre sobre su cabeza enferma!”?

—¡Oíd, aquí se ve aún muy poco amor verdadero! ¿¡Acaso pensáis que la destrucción es el camino hacia el mejoramiento!? Oh no, aquí os equivocáis horriblemente. Porque así también pensaron todos los fundadores de las sectas.

Pero se han equivocado igualmente bastante, y la consecuencia fue: discordia fraternal, guerras, asesinatos y atrocidades de todo tipo!

¿Fue bendecido ese mejoramiento? ¿O puede decir alguna secta: “¡Mi doctrina no ha sido sellada con la sangre de los hermanos!”?

8. Mirad, ella, la romana, es la mujer adúltera que debió ser lapidada. Pero Yo digo también aquí:

“Quien esté libre de pecado, que arroje la primera piedra contra ella!” (Juan 8:7).

También ella es la mujer de Caná y tiene una gran fe y amor.

Ella es también la mujer que sufría durante doce años de flujo de sangre, y la que robó la sanación de Mi vestido, pero sanó, porque tenía mucha fe y amor (Mateo 9:20).

Y también es igual a la gran ramera, y posterior penitenta arrepentida, llamada Magdalena, que echó bálsamo a Mis Pies.

Bajo todas estas figuras puede presentarse la Iglesia romana.

9. Por otro lado, hay otros "discípulos" que están llenos de disgusto cuando oyen sobre “Mi Carne y Mi Sangre”. Ellos creen lo que quieren, se reaniman con las migajas de pan que caen de las mesas de sus señores (que es Mi Palabra despedazada) y quieren demostrar, dentro de sus tumbos jactanciosos, que Yo no soy; y si acaso queda algo de Mí, recién Yo podré ser, sólo si ellos son lo suficientemente condescendientes Conmigo como para aceptarme dentro de su "idea".

En verdad Yo digo: si alguna secta, poseedora de Mi plena Palabra, no puede alcanzar mejor concepto de Mí que aquél que les lleva a Mi destrucción total, entonces incluso los turcos Me son más preferibles, aquellos turcos que, en su ceguera sincera y estricta, por lo menos Me consideran algo superior a su ídolo Mahoma; e incomparablemente más preferible Me es la Iglesia romana en donde por lo menos se me ofrece un sacrificio exterior y visible, que para muchos es una conmemoración viva de Mi Redención.

10. ¡Mirad, así está la situación de Roma!: Yo no tengo ninguna complacencia en el Vaticano ni en la Catedral de Pedro. Y me gustaría mucho más, en su lugar, una casa para pobres. Roma es una ciudad que ha fornicado con los reyes del mundo. Ella es una ramera y actúa como tal. Ella adorna su rostro desfigurado y viste su cuerpo semi-podrido con lindas vestimentas, para dar la apariencia de ser una virgen. Mirad, todo esto y miles de cosas más Me son muy bien conocidas.

¿¡Pero acaso no decís vosotros mismos: “muchas veces una ramera educa mejor a sus hijos que una madre altanera y soberbia, una que cree ser la misma Sabiduría divina”!?

También os digo: Esta ramera ha educado muchos buenos hijos y con esto ha echado bálsamo a Mis Pies. Por eso, Yo quiero ayudarla y mirarla para que haga penitencia; pues ella ha pecado mucho, pero también ha amado mucho!

11. Pero vosotros (Jakob Lorber y amigos), que habéis nacido y sido bautizados en ella, os digo, por todo esto, no deberíais desear destrucción sino sanación.

Yo os doy el bálsamo y os curo del mal original. Si es que vosotros vivís según las reglas dadas, la Iglesia os tendrá respeto. Y cuando ella observe en vosotros maravillas, entonces también os pedirá el bálsamo y sanará en silencio sus heridas. ¡Pero si vosotros deseáis volveros desleales, poca bendición llegará así a vuestros hermanos!

12. ¡Vivid como Yo os he mostrado, así nunca os tocará una investigación debido a Mí! Porque Yo os protegeré y Mi Obra saldrá a la luz del día sin impedimentos atrayendo todo hacia sí como un gran imán. Y no debéis debilitarla a través de vuestra desobediencia y aquellas dudas.

13. Si preguntáis: ¿Cómo puede haber noventa y nueve veces más bendición en la iglesia romana? - Aquí Yo digo:

En el cielo se alegrarán los ángeles noventa y nueve veces más, por un pecador penitente, que por la misma cantidad de justos, que piensan ser justificados a través de Mi plena Palabra. — Pues en verdad os digo: Lutero, Calvino, Melanchthon, y muchos otros más, no pesan tanto en el Amor como un Juan de la Cruz, o un Juan de Dios, o un Francisco de Asís, o un Tomás de Kempis, o un Taulero, o una Teresa de Jesús, y muchos otros miles más.

Porque en la fe de los primeros predominaba la justicia de la fe, basada en el intelecto, y el dogma, antes que el sentido de Dios, y el amor de los grandes místicos, y héroes del amor.

Comparad por ejemplo la contienda dogmática entre Lutero y Zwingli en Marburgo. Su posición frente a la carta de Santiago, en donde se habla de la relación entre la doctrina de fe dogmática y el amor en su catecismo! (Santiago 2:14).

14. ¡En Verdad os digo, los protestantes renombrados hubieran podido aprender aún mucho (de los mejores Santos de la Iglesia Católica)! Incluso (Emanuel) Swedenborg experimentó cosas en Roma, que recién le ayudaron a abrir muy significativamente, las puertas hacia la vida interior; pues él era uno de esos que sabían obtener la quintaesencia de todo y sacarle un provecho real.

15. Mirad, por eso el sabio va al desván y encuentra a menudo grandes tesoros cubiertos del polvo de la ceremonia. Limpia el polvo y guarda el oro puro en su cuarto de tesoros. ¡Haced lo mismo! - ¡Porque escrito está:

“¡Dejad que los pequeños vengan a Mí, y no les impidáis; pues para ellos está el Reino de los cielos!”

Y quien no se vuelva igual a ellos, no entrará tan pronto en Mi Reino, hasta que se vuelva como ellos, que no dudan, sino, en la inocencia, creen incondicionalmente a sus padres, y ponen en práctica lo que les dicen; e incluso, cuando a través de mi Gracia maduran ante los padres, honran su palabras, a pesar de ya no necesitarlas.

16. Noé falló cuando se embriagó; pero maldijo al hijo por haberse reído. Y a los dos que, amorosamente le cubrieron su desnudez, los bendijo. ¡Haced lo mismo (que estos últimos) si queréis ser bendecidos noventa y nueve veces! - Esto lo digo Yo, el Amor Eterno y la Sabiduría Eterna. Amén, amén, amén.

Fuente: Dádivas del Cielo recibido por Jakob Lorber el 20 de agosto de 1840.
https://jakoblorber.webcindario.com/audiolibro/Selecciones/D%C3%A1divas%20del%20Cielo/Posici%C3%B3n%20sobre%20la%20Iglesia.htm

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