La palabra de Dios en nuestro idioma actual

Un hombre católico había dado un argumento en el que dejaba en claro que el Antiguo Testamento necesitó obligatoriamente un Nuevo Testamento. Lo antiguo es antiguo por el problema de que el idioma original murió y lo que queda es una traducción de la traducción de la traducción de la Tora original escrita por Moisés y otros escritos adicionales en el AT.

Algunos judíos no creen en el Nuevo Testamento y se aferran únicamente a la Tora (los cinco libros escritos por Moisés). Afirman que Jesús no es Dios ni el Mesías prometido, en primer lugar porque Dios no viola vírgenes (alusión a María que quedó embarazada por el Espíritu Santo) y después porque Jesús fue muy débil, demasiado femenino y por tanto no tuvo la fuerza de liberar al pueblo judío de los romanos.

Pero Dios, en su Misericordia, trajo el Nuevo Testamento gracias a su encarnación como el Hijo del hombre. Sin embargo, el Nuevo Testamento también ya no es tan nuevo, porque el idioma griego que se usaba en esa época murió hace tiempo. De allí surgen las dificultades que representan la infinidad de versiones bíblicas en las que cada una interpreta el original griego de acuerdo a su propio entendimiento humano.

Pero como Dios jamás abandona a Sus Hijos, ha dado una Nueva Revelación para este milenio, que es la Nueva Revelación dictada por el mismo Señor Jesucristo a Lorber.

Y ahora tenemos el Antiguo y el Nuevo Testamento, todo completo y fácil de comprender, en nuestro idioma actual en una sola Nueva Revelación.

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