La apostasía

La apostasía ocurre cuando alguien abandona la fe. Sin embargo, esta fe no se refiere a una fe intelectual o religiosa específica, ni tampoco implica ser seguidor de alguna religión o cumplir fielmente con los preceptos humanos o tradiciones de una iglesia en particular. Más bien, se trata de la verdadera fe.

La verdadera fe implica amar a Dios con todas las fuerzas y al prójimo como a uno mismo.

Un individuo religioso que abandona los preceptos humanos de su iglesia y, por ende, es declarado como apóstata, pero que en su interior aún conserva la verdadera fe, no puede considerarse verdaderamente un apóstata porque ama a Dios por sobremanera.

Tampoco es necesario abandonar exteriormente la iglesia en la que Dios le hizo nacer. Dios jamás se equivoca.

Si la iglesia practica ritos o ceremonias religiosas, el miembro de tal iglesia puede practicar tales ritos o ceremonias si que reciba daño, porque comprende lo que hay detrás de tales actos. Su amor a Dios solo puede seguir creciendo porque tiene una fe verdadera.

Aquellos que afirman: "abandona tal iglesia que está prostituida", se les puede contestar, eso no lo enseñó el Señor, sino más bien dijo:

"Por tanto, haced y observad todo lo que os digan; pero no imitéis sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra." (Mateo 23:3, Biblia Reina Valera 1960).

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