El trabajo libre de egoísmo

8. Roklus dice: "¡Señor y Maestro sobre todas las cosas! Tú afirmas que hemos trabajado. Pero, ¿qué he hecho con mis compañeros, estando aquí, que podría describirse como trabajo? Lo único que hemos hecho aquí es hablar e intercambiar opiniones y experiencias, aparte de esto sólo hemos estado inactivos frente a Ti, ¿y a esto no se le podrá llamar "trabajo"? ¿O sí?

9. Digo Yo, Jesús: "En donde y cuando una persona ha trabajado verdaderamente por la salvación de su alma, allí y entonces también, con todo derecho, ha trabajado intensamente y de la forma más verdadera, más beneficiosa y libre de todo egoísmo;

Porque una actividad verdadera para el bien y la salvación de la propia alma excluye por completo todas las demás actividades egoístas, porque el egoísmo y el amor propio excluyen por completo el amor a Dios y al prójimo.

10. Quien se ocupa de cuidar su cuerpo físico en la Tierra, busca los tesoros de este mundo, y trabaja afanosamente en la materia y, así, entierra su alma en el juicio y en la muerte.

Así tal persona haya trabajado todo el día en el campo, arando y arando con tanto ímpetu que, al final del día, haya estado completamente bañada con su propio sudor, no obstante, para lo que Yo llamo trabajo, fue un ladrón diurno, un siervo perezoso para el campo del reino de Dios.

11. Porque quien no trabaje en el espíritu para el verdadero propósito establecido por Dios de acuerdo al derecho y sentido en el orden de Dios, ciertamente no trabaja para el bien temporal y eterno del prójimo. Y tampoco considerará que valga la pena buscar a Dios ni reconocerle mejor.

Por eso, quien no se esfuerce en encontrar a Dios y a reconozcerle realmente, mucho menos se esforzará aun para el beneficio de su prójimo, y si ya hace algo por él, lo hace solo por su propio bien, para que su vecino sea capaz de ayudarle muchas más veces que si solo le hubiera hecho un simple bien.

12. Pero tú buscaste a Dios y a ti mismo; y encontraste a Dios y a ti. Y mira esto fue una actividad verdadera de ti; y Yo te digo que ahora, en estas varias horas, ¡has hecho más de lo que has hecho a lo largo de toda tu vida! ¡Y es por eso que ahora puedes quedarte aquí, tomarte un buen descanso y cenar con nosotros!"


Fuente: Gran Evangelio de Juan, tomo 5, capítulo 73, versículos 8 al 12,  recibido por Jakob Lorber.

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