No te olvides del Señor y de tu Padre, porque de lo contrario caes
Si caes, es porque te olvidas de Él. Así le sucedió a Adán. En GobD 1.13.2-3 se dice que Adán caminaba en un día de descanso en su corazón, un descanso dado por el mismo Amor Eterno. Este tiempo estaba destinado a apartarse de los pensamientos del mundo, recordar las grandes obras del Amor misericordioso y contemplar con profundo respeto la inconmensurable Santidad de Dios, el Padre bueno. Sin embargo, al maravillarse con la belleza de la naturaleza, Adán se dejó deslumbrar por el mundo y se olvidó de Dios. Cuando uno se sumerge en los pensamientos mundanos, deja de percibir los mensajes divinos y pierde la capacidad de comprender el verdadero sentido de la naturaleza.
Leer contexto: GobD 1.13
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