La lectura de la Biblia consta, como mínimo, de dos fases:

1) Lectura intelectual

En esta etapa, se recopila información sobre el contenido, se analizan el significado de palabras y pasajes, y se reflexiona si se puede aplicar sus enseñanzas a la vida personal

2) Aplicación práctica

Esta fase implica llevar a la acción lo poco leído, evaluar los resultados y reflexionar sobre su impacto en la vida personal.

Quienes se quedan sólo en la primera fase suelen tomar dos caminos:

1) El fanatismo, creyendo a ciegas por razones como la búsqueda de aceptación en una comunidad religiosa o intereses personales.

2) El escepticismo absoluto, rechazando la sabiduría de la Biblia y negando su valor espiritual.

Por ello, el debate sobre la Biblia carece de sentido si no se ha experimentado ni puesto a prueba su contenido en la vida real.

La verdadera fe no surge solo de la fase 1, sino de la repetición constante de ambas fases. Cada enseñanza leída y puesta en práctica fortalece el amor, y es este amor el que da origen a la fe genuina.

En otras palabras, la fe meramente intelectual (fase 1) no es más que una ilusión para quienes se engañan a sí mismos con un conocimiento sin acción.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tuyo soy, para Ti nací - Poema Teresa de Jesús

Introspección

El café, las arañas y la Coca Cola