La verdadera búsqueda de Dios

Si alguien recibe un daño de parte de una persona de estilo de vida egoísta, esto representa un mal terrenal.

Pero aquí la culpa no la tiene Dios, sino la pereza de los hombres que no buscan seriamente la Verdad, es decir, a Dios. Dice el Señor:

“Que los hombres en este mundo, durante su búsqueda, a menudo caigan en caminos errados y se vean en dificultades es ciertamente un mal terrenal. Pero esto no surge del esfuerzo sincero por buscar, sino de la pereza en la búsqueda, que es fruto del amor desmedido al mundo y al propio yo”. (GEJ 9.19.9)

Vemos, pues, que el estilo de vida egoísta genera pereza en la búsqueda de Dios. El Señor explica que existen dos estilos de vida egoísmo:

  1. Quienes trabajan y obtienen su riqueza, pero buscan a Dios con tibieza.
  2. Quienes acumulan riquezas sin esfuerzo, a costa de los demás, y buscan a Dios con aún mayor indiferencia.

Dice el Señor:

“Por esta razón, muchos intentan hacer la búsqueda del reino del espíritu lo más cómoda posible. Cuando otros (por ejemplo, alguna casta religiosa o política), aún más perezosos, lo notan, dicen fácilmente a los que buscan con tibieza: «¿Por qué se esfuerzan tanto en buscar lo que nosotros ya encontramos con total claridad hace tiempo? Si creen en nosotros, nos sirven y nos ofrecen pequeños sacrificios en lugar de su búsqueda y exploración infructuosa, les revelaremos fielmente todo lo que encontramos rápida y fácilmente».” (GEJ 9.19.9)

Y es por eso que suceden estos daños a muchos seres humanos, por la pereza en buscar a Dios como debe ser.

Como dice el Señor:

“El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. (Mateo 11:12, RVR1960)

La pregunta de por qué Dios pone tantas dificultades en ser encontrado, la responde el Señor con las siguientes palabras:

“Pero el hecho de que Dios no se deje encontrar tan fácil y rápidamente como a muchos les gustaría tiene una razón profundamente sabia: si las personas encontraran sin esfuerzo lo que buscan, pronto perdería valor para ellas y harían poco esfuerzo en seguir buscando e investigando. Caerían en la pereza y el tesoro espiritual, que encontraron con tanta facilidad, les sería aún menos útil que si tuvieran que buscarlo constantemente con ansiedad y, en este mundo, solo rara vez y con dificultad lo hallaran por completo. Por eso, las grandes revelaciones son raras, para que los seres humanos, angustiados en la noche de su alma, se esfuercen por sí mismos y busquen con todo fervor la verdad eterna y, así, a Mí”. (GEJ 9.19.8)

Y seguramente esa es la razón por qué muy pocas personas prestan atención a las revelaciones como esta, la recibida por Lorber.

Si alguien es diligente y buscador con seriedad, no dejaría sin estudiar ninguna revelación que muestre luz verdadera como la que hay en la Biblia y muchas otras.

Texto completo del Gran Evangelio de Juan:

5. Pero Mi amor, Mi sabiduría y orden exigen que, como Creador, siempre me comporte con Mis criaturas de la manera más necesaria para ellas en cada momento.

6. Desde el primer hombre en esta tierra hasta esta hora, los seres humanos nunca han estado completamente sin revelación alguna proveniente de Mí, ni siquiera por un año. Sin embargo, siempre ha sido de tal manera que su libre albedrío nunca se viera forzado, pues de lo contrario, el hombre no sería un ser humano, sino solo una máquina de Mi voluntad.

7. Por ello, al hombre también se le dio el entendimiento como una luz buena y útil, para que con él pudiera buscar a Dios y Su Voluntad, lo que muchas personas han hecho en todas las épocas y, con la debida seriedad, han encontrado lo que buscaban.

8. Pero el hecho de que Dios no se deje encontrar tan fácil y rápidamente como a muchos les gustaría tiene una razón profundamente sabia: si las personas encontraran sin esfuerzo lo que buscan, pronto perdería valor para ellas y harían poco esfuerzo en seguir buscando e investigando. Caerían en la pereza y el tesoro espiritual, que encontraron con tanta facilidad, les sería aún menos útil que si tuvieran que buscarlo constantemente con ansiedad y, en este mundo, solo rara vez y con dificultad lo hallaran por completo. Por eso, las grandes revelaciones son raras, para que los seres humanos, angustiados en la noche de su alma, se esfuercen por sí mismos y busquen con todo fervor la verdad eterna y, así, a Mí.

9. Que los hombres en este mundo, durante su búsqueda, a menudo caigan en caminos errados y se vean en dificultades es ciertamente un mal terrenal. Pero esto no surge del esfuerzo sincero por buscar, sino de la pereza en la búsqueda, que es fruto del amor desmedido al mundo y al propio yo. Por esta razón, muchos intentan hacer la búsqueda del reino del espíritu lo más cómoda posible. Cuando otros, aún más perezosos, lo notan, dicen fácilmente a los que buscan con tibieza: "¿Por qué se esfuerzan tanto en buscar lo que nosotros ya encontramos con total claridad hace tiempo? Si creen en nosotros, nos sirven y nos ofrecen pequeños sacrificios en lugar de su búsqueda y exploración infructuosa, les revelaremos fielmente todo lo que encontramos rápida y fácilmente."

10. A los buscadores perezosos y temerosos del esfuerzo, esta propuesta les resulta atractiva, la aceptan y creen lo que aquellos les dicen, ayudados por supuestos milagros y señales que los aún más perezosos han inventado para su propio bienestar material. Representan estos signos ante los ciegos con ceremonias y solemnidad. Así surgen numerosas formas de superstición, mentiras, fraudes y total falta de amor, y con ello, toda calamidad en la tierra entre los hombres.

11. Ahora, ustedes se preguntan por qué permito tales cosas. Y Yo les digo: las permito porque para el alma humana, que es demasiado perezosa para buscar seriamente, es mejor creer en algo y ordenarse a través de esa creencia, que perecer completamente en su pereza y aversión al trabajo. Si el engaño y la opresión llegan demasiado lejos, la necesidad obliga a los crédulos a investigar por sí mismos la verdad. Perciben el engaño, abandonan su pereza y comienzan a buscar seriamente sin temer la lucha. De esto pronto surge luz. Y, en segundo lugar, una nueva revelación que les doy a estos buscadores, engañados por mucho tiempo, les es infinitamente más bienvenida y eficaz para desterrar la antigua superstición.

12. Ahora tienen de Mi parte una clara explicación de por qué permito muchas cosas en esta tierra conforme al libre albedrío de los hombres, aunque ante su propio juicio humano no parezcan del todo buenas y sabias, pero en su fundamento más profundo son sumamente buenas y sabias.

Fuente: GEJ 9.19.5-12

Quien quiera leer el contexto completo del extracto reproducido aquí que lea: Gran Evangelio de Juan

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