Como seguir a Jesús como apóstol
No es lo mismo seguir a Jesús como un creyente que como un apóstol o discípulo.
En la obra «Gran Evangelio de Juan» hay un diálogo entre el apóstol Judas Iscariote y Jesús. Judas le critica a Jesús que Su Doctrina traerá solo pleitos en el mundo...
Judas Iscariote volvió a tomar la palabra y dijo:
“Todo esto está muy bien y sabiamente dicho y seguro que es verdad. Pero ¿para qué sirve? La Doctrina, sin duda, es pura y verdadera, de esto ya no hace falta hablar. También, al menos a nosotros que estamos contigo, Tus hechos nos demuestran más que suficientemente quién, en el fondo, es Aquel que los realiza. Pero con las instrucciones recibidas será difícil que la Doctrina encuentre aceptación pese a los hechos. Por el contrario, como más bien traerá la discordia a cada casa donde la prediquemos, la Doctrina será fuertemente perseguida, si no es absolutamente prohibida por parte del estado. ¿Qué sucederá entonces? Cuando nosotros, divulgadores de tu Doctrina y tus hechos en la Tierra, muy pronto hayamos dejado de padecer después de que nos hayan apedreado, crucificado o arrojado en una cueva de leones, ¿quién se hará cargo de nuestra misión?”.
Dijo Jesús:
1.“Ya te he dicho que estás hablando según tu entendimiento mundano. Dar paz al mundo significaría darle aún más muerte de la que ya posee en abundancia.
2. Si has de devolver la vista a un ciego, ¿verá acaso si le arrancas los ojos? ¿Y podrá caminar recto un cojo si le cortas el pie enfermo? ¿O hablará el mudo si le cortas la lengua? ¿Puede curarse la peste con más peste o apagarse una casa en llamas con más fuego?
3. Mira, así ocurre ahora con los hombres del mundo. Están espiritualmente muertos y, fuera de su vida natural animal, no tienen vida en sí mismos. Sus almas son pura carne y su espíritu está casi muerto, semejante a los espíritus que reposan en las piedras y, mediante su persistencia, atan la materia suelta hasta formar piedras de diversas clases y formas: unas más blandas, otras más duras, algunas transparentes, otras opacas y de distintos colores, según la naturaleza del espíritu que contienen.
4. Pero si quieres liberar a los espíritus de las piedras de su materia, ¿lo lograrás con agua tibia? ¡Seguro que no! Te digo: la piedra permanecerá firme. Para ello es necesario un fuego poderoso que provoque una gran lucha entre los espíritus dentro de la piedra, y solo entonces romperán sus ataduras y quedarán libres. Y así debe ser ahora también en este caso.
5. Lo que libera a los espíritus en la piedra —como fuego, lucha, gran presión y fuertes golpes— es también lo que despierta a los espíritus en los corazones humanos endurecidos como piedra y los hace libres, especialmente en los corazones de los poderosos y ricos, que tienen corazones de diamante que ningún fuego terrenal puede ablandar.
6. Por eso, tomad nota de lo que Yo os digo: ¡abandonad la absurda ilusión de que he venido a traer paz a los hombres del mundo a través de vosotros, Mis discípulos y siervos, no, sino (Yo traigo) la espada! (Mateo 10,34)
7. Entended bien: ¡Yo he venido a enfrentar al hijo más dócil contra la dureza inflexible de su padre, a la hija más modesta contra su madre dominante y a la nuera más apacible contra su suegra avara y envidiosa! (Mateo 10,35) ¡Sí, los peores enemigos del hombre serán los de su propia casa! (Mateo 10,36)
8. En verdad, en verdad, Yo os digo: Quien ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí. Y quien tiene hijos e hijas y los ama más que a Mí, no es digno de Mí. (Mateo 10,37) Quien no toma su carga de manera voluntaria, aunque le pese como la cruz de muerte romana, y no me siga, no es en absoluto digno de Mí y no tendrá parte en el Reino de Dios. (Mateo 10,38)
9. En verdad Yo os digo: Quien busque la vida en este mundo (vida mundana) y la halle fácilmente, perderá la vida eterna, y Yo no lo resucitaré en el último día para la vida eterna, sino que lo arrojaré al infierno, a la muerte eterna.
10. Pero quien no solo no busque la vida mundana, sino que la huya y la desprecie por amor puro y verdadero a Mí, hallará la vida eterna. (Mateo 10,39) Porque Yo lo resucitaré inmediatamente después de la muerte de su cuerpo, como en el día más joven de su nueva vida del mundo espiritual, y Yo lo introduciré en Mi Reino eterno. Adornaré su cabeza con la corona de la sabiduría y del amor eterno e imperecedero, y reinará conmigo y con todos los ángeles del cielo infinito sobre todos los mundos sensibles y espirituales por toda la eternidad”.
Fuente: Gran Evangelio de Juan, Capítulo 139: Por qué la enseñanza de Jesús debe causar inquietud; vida eterna a pesar de morir por confesar ser seguidor de Jesús. Seguimiento incondicional de Jesús. (Mateo 10,34-39), recibido por Jakob Lorber.
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