Doctrina del Señor para los comerciantes
- Cambiad el rumbo de vida y dirigíos, siempre con el más pleno amor de vuestros corazones, a Dios, el Padre eterno en el cielo, y Él os iluminará con la luz viva de la Verdad eterna.
- Para amar verdaderamente a Dios, también debéis amar a vuestro prójimo como a vosotros mismos y no hacerle ningún daño. No tratéis a los demás de una manera que no queráis para vosotros mismos. Esto se aplica con sensatez y sabiduría, pues no debe usarse para justificar la injusticia o el crimen.
- Quien ama fiel, sensata y verdaderamente a su prójimo, también ama a Dios y será amado por Él. Pero quien no ama ni siquiera a su prójimo visible, ¿cómo podrá amar a Dios, a quien no puede ver ni oír?
- Sed justos en todo. Así como preferís que los demás sean justos y honestos con vosotros, así debéis serlo también con vuestro prójimo, ya sea en el precio de venta, en la medida o en el peso. Pues con la misma medida que uséis, Dios os recompensará. Los mentirosos y tramposos no serán reconocidos por Dios ni tendrán lugar en Su reino eterno.
- Actuad conforme a estas palabras, y la verdadera y viva bendición permanecerá con vosotros. Quien conoce las leyes de un rey y las sigue fielmente será respetado y recompensado por él. Del mismo modo, encontraréis gracia ante Dios si reconocéis Su voluntad y actuáis en consecuencia.
Fuente: GEJ 09.12.3-7
Comentarios
Publicar un comentario