El poder del amor: de la antipatía a la devoción
Un hombre no le gusta cocinar, detesta la cocina. Un día, conoce a una mujer de la que se enamora intensamente. Ella le corresponde el amor y se vuelven ambos una pareja. Él, que odiaba cocinar, de repente ama ahora cocinar para ella, y cada día aprende algo nuevo en la cocina para así demostrar su amor en la acción.
De igual manera, un ser humano puede detestar a la humanidad, y el mandamiento "ama a tu prójimo" no le gusta para nada. Sin embargo, el día que conoce a Dios y empieza a amarle, también en forma natural empezará a amar a los otros hijos de su Dios amado, y empezará a amar al prójimo sin haber buscado esto en forma intencional.
Conclusión: En el primer mandamiento "amarás a Dios" está incluido el segundo "y a tu prójimo como a ti mismo".
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