¿Quién es el dragón bíblico?

1. Seguramente habréis oído y leído muchas veces, y aún lo seguís haciendo, cómo este mismo espíritu maligno aparece bajo diversos nombres, junto con una multitud de compañeros de igual calaña, a los que se llama "demonios". En esta ocasión, quiero dar una definición precisa de dónde ha recibido este espíritu supremo del mal todos esos distintos nombres y por qué, así como quiénes son realmente los demonios.

2. "Satana", "Satán", "Leviatán", "Beelzebú", "Gog", "Magog", la "Serpiente", el "Dragón", la "Bestia del Abismo", "Lucifer" y algunos otros nombres más son los que lo designan y lo describen de distintas maneras. "Lucifer" o "portador de luz" fue su nombre original y característico. "Satana" significaba algo así como el opuesto a la divinidad. Como Satana, este espíritu fue colocado por Dios en oposición a la divinidad, del mismo modo en que la mujer es puesta frente al hombre. La divinidad habría engendrado en su ser sus ideas eternas sin número, para que maduraran en su luz concentrada, y de esta manera habría surgido una creación esencial desde la luz de este espíritu con la máxima claridad. Así, la totalidad de la infinitud habría sido poblada cada vez más con seres procedentes de esta misma luz, ya que en el espacio infinito habría lugar para lo infinito, y las eternidades jamás podrían llenarlo de tal manera que en algún momento se produjera una sobrepoblación de seres.

3. Pero como sabéis, dado que este espíritu tenía un destino tan inmensamente grande, el de ser un segundo Dios junto a Mí, debía pasar también una prueba de libertad acorde con su destino. Sin embargo, como también sabéis, no superó esta prueba, pues quiso elevarse por encima de la divinidad y someterla a su voluntad.

4. Así pues, la primera falta que este espíritu cometió contra la divinidad fue una disputa por el rango. Pero como no pudo lograr que la divinidad le concediera el primado y se sometiera completamente a él, ardió en furia y quiso destruir la divinidad por completo. Para ello, realmente no le habría faltado poder, si la divinidad, en su eterna sabiduría, no lo hubiera apresado a tiempo en todas sus partes. Puede parecer un enigma que en este espíritu existiera un poder capaz de desafiar a la divinidad eterna hasta el punto de que esta tuviera que ceder ante él y acabar totalmente sometida, lo que equivaldría a estar aniquilada. Pero esto se comprende si se considera que la divinidad había implantado en este espíritu algo así como un segundo yo completamente perfecto, que, aunque creado en cierto modo en un momento determinado, se le había colocado con igual fuerza en todos los espacios de la infinitud.

5. Este espíritu, en el que la divinidad misma había concentrado su luz, estaba extendido por toda la infinitud al igual que la divinidad. Por ello, le habría sido posible, en sentido inverso, apoderarse de la divinidad en todas partes y volverla impotente. Sin embargo, en este pensamiento egoísta despertó en él una gran vanidad y una autosatisfacción con su propia luz, con su infinita grandeza y poder. En esta autosatisfacción y deleite en sí mismo, olvidó a la antigua y eterna divinidad, ardió en su vanidad y se consolidó en sí mismo. Entonces, la divinidad tomó su esencia en todas sus partes, le arrebató toda su especificidad, formó a partir de ella cuerpos celestes en toda la infinitud y envolvió el espíritu de esta alma infinita con las más poderosas ataduras, encadenándolo en la profundidad de la materia.

6. En esta condición, este espíritu ya no se llama más "Satana", sino "Satán", porque, de alguna manera, se ha emancipado de la eterna orden divina. "Satán" significa "polo igual a la divinidad". Pero sabéis que los polos iguales nunca se atraen, sino que siempre se repelen. En esto radica la razón por la cual este ser es el más alejado de la divinidad y, por ello mismo, el más opuesto a ella; en esto y por esto también reside su esencia de mal supremo. Ahora sabéis por qué a este espíritu también se le llama "Satán".

7. La denominación "Leviatán" solo pretendía describir su fuerza y poder, basándose en la idea de un monstruo marino de antaño, que fue la criatura más grande, poderosa e indestructible de toda la Tierra. Su tamaño era comparable al de una región, y su forma, parecida a la de un dragón gigantesco con una fuerza tal que podía soportar en sus entrañas un fuego intenso sin sufrir daño alguno, pues ese fuego a menudo brotaba en horribles llamaradas por su boca y sus fosas nasales. Por esta razón, nuestro espíritu maligno no pocas veces ha sido llamado también "dragón de fuego" o "dragón del abismo". Este espíritu despojado —es decir, aquel que ha sido liberado de todas las especificidades de su alma y reducido únicamente a su esencia puramente espiritual, aunque en gran medida atada— insinuó en varias ocasiones que, si se le permitía esto o aquello, intentaría mejorar su condición. Y ciertamente podría haberlo hecho, ya que, en la medida en que era posible, se le había despojado de todos los aspectos específicos de su alma malvada. Este espíritu, en su estado de despojo, exigió que se le permitiera ser adorado como un dios por un tiempo, asegurando que, cuando comprendiera que dicha adoración ya no le satisfacía, se reformaría completamente y se convertiría en un espíritu purísimo. Se le concedió esta petición. Todo el sistema del paganismo, que es casi tan antiguo como la humanidad misma, da testimonio de ello. Por esta razón, el Señor eligió originalmente un solo pueblo pequeño sobre la Tierra, mientras que a los demás, sin afectar su libertad, se les permitió seguir la voluntad de este espíritu, de manera similar a los animales, sin recibir castigo alguno.

8. De esta relación surgieron las diversas denominaciones de este ser, que fue adorado como un dios.

9. Sin embargo, este ser no se conformó con lo que se le concedió, sino que, en lugar de cumplir su promesa de reforma, realizó cada vez mayores transgresiones contra el orden divino, razón por la cual fue sometido a un cautiverio mucho más estricto. Pero para entonces ya había formado un gran número de espíritus afines provenientes del linaje humano, y comenzó a actuar a través de estos, que se convirtieron en sus "ángeles". Un "Diabolus" o "demonio" no es otra cosa que un espíritu que ha crecido y se ha formado en la escuela de Satán.

10. Esto no debe entenderse en el sentido de que tales espíritus hayan sido educados en una escuela formal de Satán, sino que ellos mismos se han formado debido a las influencias que absorbieron de las ataduras de este espíritu. Estos espíritus, al tener en sí la esencia del mal, son llamados "demonios" o "discípulos de Satán", pero se diferencian enormemente de él. En ellos, solo el aspecto anímico es afín al espíritu maligno, mientras que su espíritu, aunque fuertemente aprisionado, sigue siendo puro, mientras que el espíritu de Satán es el mal en su esencia misma. Por ello, es posible y ocurrirá que todos los demonios sean rescatados antes de que Satán se vea forzado a emprender el gran viaje de su propia caída.

11. Ahora sabéis cuál es la verdadera naturaleza de Satán y los demonios. En adelante, aportaré más reflexiones para iluminar aún más este asunto.

Fuente: Obra «La Tierra», Capítulo 56. Nombres y naturaleza del archi-espíritu maligno, recibido por Jakob Lorber, el 27 de marzo de 1847 https://jakoblorber.webcindario.com/audiolibro/Libros/La%20Tierra.htm#k56

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