GobD 3.13: El contrato de vida

El siguiente texto es especialmente valioso porque con él nos enteramos conscientemente de las condiciones de vida que Dios nos ha dado para vivir en esta Tierra.

Es como si fuera un contrato firmado antes de venir a la Tierra, solo que lo firmó un Padre por su hijo, que aún no tenía la capacidad de entender.

Pero ahora, en nuestra vida adulta, ya tenemos la capacidad de aceptar tal contrato o rechazarlo.

Como Dios es Amor, el contrato fue hecho a nuestro favor; si cumplimos con sus cláusulas, seremos felices o bienaventurados. Pero ojo, no estamos obligados a cumplir este acuerdo que hizo nuestro Padre con anticipación.

¿Qué piensan ustedes, queridos hermanos, de esta revelación?

Dice el Señor:

Vosotros, y toda la creación infinita, habéis sido dispuestos por Mí, desde la eternidad, de la manera más necesaria, de modo que sois precisamente los fines últimos y, por ende, las piedras que constituyen el más completo cierre, es decir, la máxima culminación de todo el mundo visible e invisible. Por lo tanto, todo debe estar en la correspondencia más precisa e inseparable con vosotros, tanto en la totalidad como en lo individual.

Pero si esto es indudablemente así, entonces la conclusión surge por sí misma, que dice lo siguiente: Si el ser humano está situado como el fin último de toda la creación, y esta, por lo tanto, está en todo en la más íntima correspondencia con él, entonces también es igualmente necesario que él esté puesto por encima de toda la creación como un señor, desde cuya posición él debe influir de forma retroactiva (repercutir) en toda la creación, tal como toda la creación obligadamente ha influido en el de antemano y ha ejercido un efecto directo en él. ¡Prestad ahora mucha atención a esto!

Toda la creación antes de vosotros no tiene absolutamente ningún libre albedrío; en ella, todo está dispuesto necesariamente para un propósito útil para vosotros, es decir, todo funciona bajo leyes por completo absolutas.

Yo, como el gran Maestro constructor de todas Mis criaturas, soy el único que sabe cómo están organizados todos los procesos en ella y cómo una cosa se entrelaza o interactúa con otra. Por lo tanto, solo Yo puedo daros los medios más adecuados para comportaros de tal manera que podáis establecer libremente y mantener vuestra posición en este nivel más alto, en el cual os encontráis como los fines más sublimes de toda Mi creación.

Si permanecéis en este orden que Yo, el Creador, os he trazado, también toda la creación que os precede permanecerá detrás de vosotros en el orden más bello. Pero si no permanecéis en este orden, sino que os formáis y creáis otro orden por vuestra propia voluntad, entonces Yo, como Creador y vuestro santo Padre, estoy completamente libre de toda culpa si toda la creación anterior a vosotros se descompone en su funcionamiento ordenado, os atrapa, os arrastra a su juicio eterno necesario y, finalmente, os mata.

Una piedra ¿no está obligada a ser pesada para que siga siendo un fundamento firme sobre y en la tierra? ¡Ved, esto es un juicio de la materia de la piedra!

Mientras caminéis sobre la piedra según el orden divino, también seréis señores sobre la piedra; pero si tratáis de hacer rodar una piedra pesada sobre vosotros, la piedra se convertirá en vuestro señor y os dará su peso, su juicio y, por lo tanto, también su muerte.

Así que, como muestra esta relación, así también sucede con toda la creación visible e invisible.

Solo vosotros podéis bendecir a esta creación actuando según Mi orden, pero también podréis corromperla para vuestro mal actuando fuera de Mi orden.

Y el Amor hacia Mí es la esencia de todo Mi orden. Por eso, aferraros y manteneos siempre vivos en este amor, así nunca caeréis en ningún juicio. Pero si abandonáis este Amor, abriréis las compuertas del juicio, y este caerá sobre vosotros inevitablemente, como la piedra, y os enterrará dentro de este juicio.

Así que, tomad nota de esto, prestad atención siempre; pero también sabed que Yo, el Padre, no juzgo a nadie. ¡Entendedlo todos! Amén".

Fuente: El Gobierno de Dios, tomo 3, capítulo 13. (GobD 3.13)

https://jakoblorber.webcindario.com/audiolibro/Libros/Gobierno%20de%20Dios/Gobierno%20de%20Dios%203.htm#k013

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