Cualquier espíritu puede manifestarse de diferentes formas
Por ejemplo, un padre de familia se manifiesta muy amoroso con sus hijos, pero también es profesor universitario de medicina. En clase, se muestra con la autoridad de un médico educador: mantiene una apariencia seria pero agradable, enfatiza el aprendizaje y es estricto en los exámenes. Sin embargo, ante su esposa, su actitud es distinta; con ella es tierno y sumiso, guiado por un amor inmenso.
Del mismo modo, el primer espíritu rebelde puede manifestarse de diversas formas. Puede parecer un ángel de luz, pero quien tenga la capacidad de ver más allá de su apariencia descubrirá que, en realidad, es un dragón, tal como lo describimos en el texto ¿Quién es el dragón bíblico? (click aquí)
Dios espera que ese espíritu se arrepienta sinceramente y regrese a la casa del Padre, como el hijo pródigo.
En cierto sentido, todos estamos en una situación similar (con pocas excepciones). Por eso, Dios mismo vino a la Tierra: para abrirnos el camino al arrepentimiento, porque casi todos, en algún momento, hemos sido rebeldes y seguidores de ese primer espíritu. Por eso es bueno que nos concentráramos en nuestro propio "dragón interior" para someterlo para siempre.
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