¿Es la mujer de abajo y el hombre de arriba?

    «Llegará un tiempo en el que Yo reuniré los rayos solares en la mujer para iluminar el sol extinguido en el hombre».

El Señor dijo que la mujer es de "abajo", mientras que el hombre de "arriba". Sus hijos presentes se sientieron mal porque consideraban que la mujer es lo más valioso que tiene el hombre. Por eso preguntaron más detalle sobre este tema, y el Señor explica lo siguiente:

Dice el señor:

«Decidme: ¿Pierde acaso la mujer algo ante Mí si Yo declaro de ella, en relación con el hombre, que es de abajo y, por tanto, constituye el contrapolo más necesario frente al hombre, sin el cual ni el hombre por sí solo ni la mujer por sí sola podrían existir?

¿Qué diríais entonces si ahora os digo: Todos vosotros, ante Mí, sois de abajo, y solo Yo soy de arriba?

¿Acaso dejo por eso de ser vuestro Creador y único, eterno y santo Padre? ¿O no te formé a ti, Adán, del barro de la tierra, al igual que a tu mujer, Eva, de tu costilla?

Puesto que todos sabéis que el "barro" simboliza Mi amor y la "costilla" Mi gracia y misericordia, y que precisamente Mi gracia y misericordia abarcan vuestra vida de la misma manera que el esqueleto sólido preserva y sostiene la vida del cuerpo, entonces debéis reconocer vuestra propia ceguera extrema si encontráis una diferencia desalentadora donde deberíais encontrar una diferencia profundamente consoladora.

Decidme, ¿qué es más digno de alabanza: el sol brillante en sí mismo o la luz que emana de él? ¿Qué consideráis más elevado?

Vosotros decís en vuestro interior: "Oh Señor, ¡ambas cosas son igualmente necesarias y buenas!"

Bien, digo Yo; si el sol es considerado como la altura establecida por sí mismo, ¿qué relación tiene entonces el sol respecto a la luz que emana de él?

Vosotros decís: “¡La luz tiene que estar obligatoriamente debajo el sol!”

Bien, digo Yo; si el sol en sí mismo no tiene más valor que su luz saliente, ya que el sol sin la luz saliente no sería prácticamente un sol y no tendría ningún valor, entonces con seguridad a la mujer no recibe ningún daño ni tendrá menos valor en lo más mínimo, aunque esté necesariamente debajo respecto al hombre.

Pero Yo digo: Si la mujer es como debe ser, tiene ante Mí el valor del hombre justo y es igualmente una querida hija para Mí, igual que el hombre; pero si la mujer se desvía, la buscaré tan bien como al hombre.

Una mujer malvada es tan malvada como lo es el hombre malvado, porque el rayo del sol es como el sol mismo.

Pero llegará un tiempo en el que Yo reuniré los rayos solares en la mujer para iluminar el sol extinguido en el hombre.

¡Entended esto y apartaos de vuestra vieja necedad! Amad a vuestras mujeres de manera justa, pero no las hagáis más ni menos de lo que son por Mi voluntad. Es suficiente si las consideráis como iguales; creer que es superior o inferior, sería un pecado».

Fuente: GobD 3.30.9-21. Leer capítulo completo

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