Señor, ya fue suficiente


Señor, ya fue suficiente, ya sé lo que significa salir de tu orden. ¡Cuánto sufrimiento absurdo! Tú tuviste razón. Todo lo que dijiste fue cierto. Yo intuía que todo era cierto pero, en el fondo, no Te creí y viví mis propios caminos. Me solté de tus manos, me alejé de Tu Camino y ahora sé lo difícil que es volver a Ti.

¡Cuánto dolor me acompaña, pero ya no importa, porqué sé que vale la pena volver, vale la pena volver a vivir de verdad! Mis caminos solo me llevaron a una ilusión de vida, pero que en realidad era la muerte. Y lo que consideré muerte había sido la Vida misma. Ahora sé que no hay vida sin Ti, pues tu habías sido verdaderamente la Vida misma, la vida sin fin, la vida eterna.

Fuiste la Verdad misma, nunca mentiste. Yo sí me mentí, me engañé, y me dejé engañar, aunque solo haya sido para buscar la felicidad, quise ser feliz a mi manera. Ahora he comprendido y aprendido muchas cosas reales. Como por ejemplo que el amor egoísta solo lleva a la desdicha, el apego a las cosas solo trae esclavitud, incluyendo el apego a las ideas o pensamientos del mundo, todo eso trae esclavitud.

Ya hace un tiempo estoy de regreso, y veo que hay que caminar mucho, paso a paso, con espinas de un lado y dolor del otro. El dolor del pasado y los miedos del futuro. Todo eso hace difícil el retorno, solo la senda angosta permite andar, la senda del momento presente, del ahora, del silencio de los pensamientos, de la calma, de la paz. Paz que solo Tú puedes dar, pues la paz del mundo también es engaño. Esa paz que supuestamente tendrás cuando logres el éxito, éxito que nunca llegará.

Hágase Tu Voluntad amado Padre. Algún día llegaré a Ti. Amén

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