Los gigantes caídos en la Tierra

Inicialmente vimos que en el sexto período estalló un planeta y que la Tierra se convirtió, con la aparición de Adán, en el recóndito vital del Gran Hombre Cósmico. Les mostraré cómo era aquel planeta en su comienzo, y su estado actual, incluso la relación de nosotros junto al Hombre Cósmico, en sentido espiritual. Presentaré al Sol con sus planetas, en pequeña escala, cuando el mencionado planeta entre Marte y Júpiter con sus cuatro lunas aún no había explotado. Su tamaño corresponde Júpiter, sólo que tenía mayor continente, área atmosférica más extensa, inclinación polar más acentuada, por tanto, una rotación más elíptica en su vuelta alrededor del Sol.

Así era el orden hace más o menos cuatro mil años* , cuando ocurrió la explosión. Les mostraré el planeta.

* Este relato fue hecho en el año 30 D.C.

El planeta se explotó en diversas partes. Solamente las lunas continuaron intactas. Como perdieran el cuerpo central de atracción, se desequilibraron y se alejaron aún más, ya que habían recibido un fuerte impulso.

Las diferentes partes del planeta se diseminaron en el Gran Espacio entre Marte y Júpiter. Gran número de trozos menores sobrepasó las mencionadas rutas; algunos cayeron en el planeta Júpiter, otros en Marte, en esta Tierra, Venus, Mercurio y en el propio Sol.

Los hombres de ese planeta eran de tamaño gigantesco y fueron expulsados en el Espacio; igualmente sucedió con otros animales. Algunos cuerpos marchitos giran aún en el éter, sentados o acostados en sus viviendas, aún existentes, en escombros mayores. Algunos cadáveres cayeron hasta en la Tierra, donde se disolvieron después de siglos, lo que sucedió igualmente en los otros planetas. Los grandes mares se dispersaron con sus habitantes en muchas gotas, algunas de considerables circunferencias, presentaban tierra firme habitada por ciertos irracionales. En las cuatro lunas viven los antiguos seres en situación marchita, incluso en los escombros mayores. En los menores no hay vida orgánica; sólo descomposición y lenta disolución.”

Por supuesto que fue un desastre terrible para ellos, sin embargo, fueron ellos mismos los culpables. Habían sido educados, y advertidos de lo que les esperaba. En su inteligencia material, convertían estas advertencias en fantasías y desatinos de los videntes que, en su simplicidad y pobreza material, predecían tales cosas sólo a las personas impresionables, a fin de conseguir aceptación y sustento. Los cultos e importantes no sólo no les creían, sino que los perseguían a fuego y espada. Al final, se opusieron con tanta rigurosidad a todo lo que tuviese sentido espiritual, que mandaban a matar a todos los que hablasen o escribiesen algo en este tenor; por tanto, no fue posible enfrentarlos con su orgullo y dureza inclemente.

Eran muy talentosos e inventaron hace milenios, una especie de granos de pólvora que hacían explotar todo, cuando lo incendiaban. Si fuera posible amontonar diez mil libras de esos granos debajo del Monte Líbano, en una considerable extensión, poniéndoles fuego, en un momento se incendiaría, diezmando el gran monte. Así hicieron los hanochitas antes de Noé con muchas montañas, abriendo las compuertas internas de agua, ahogando a todos. Esto fue relatado por Moisés y hoy conocido con el nombre del "diluvio universal".

Con este tipo de invenciones inspiradas por demonios, los hombres de aquel planeta vivieron la peor de las confusiones. Estaban constantemente en guerras, uno debilitaba el territorio de otro en todas las direcciones, llenando las minas de pólvora. Eran incendiadas artificialmente, destruyendo el territorio completo. Continuaron en tales experiencias, haciendo excavaciones cada vez más profundas y mayores en el planeta, casi dos mil veces mayores que las de esta Tierra. Al final, alcanzaron las fuentes interiores de la tierra, llenas de materia inflamable, que rápidamente se incendiaron. La violencia del fuego hizo explotar el planeta totalmente, exterminando incluso sus criaturas!.

Dios no dejará a Sus hijos como huérfanos, porque Él va a estar con ellos hasta el final de sus días, razón por que no ocurrirá tal destrucción en la Tierra. Habrá devastación y cataclismos, llenando a las criaturas de temores y sufrimientos; muchas sucumbirán en la espera de cosas aterradoras. Serán culpables de todo lo que venga sobre ellas. He aquí la revelación del planeta destruído y la finalidad de la Tierra.

Fuente: gej08.75-76

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