Esplendor


Cuando entre los hombres hay mucho esplendor, también hay mucho derroche. Donde hay mucho derroche, también hay mucha adicción al dominio. Donde hay mucha adicción al dominio, también hay mucho amor propio. Donde hay mucho amor propio, también hay mucho egoísmo. Por eso el esplendor exterior nunca es una señal favorable para quién está apegado a él. 


El Sol Espiritual, tomo 1, cap. 70, ver. 2.

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