María de Magdala unta los pies de Jesús
«Descansamos ahora durante aproximadamente media hora, cuando un sirviente de Lázaro vino a nosotros en la sala y dijo que afuera había llegado una mujer joven muy hermosa con unos sirvientes y que tenía el más ferviente deseo de ver y hablar con el Señor. ¿Debería ser admitida o se le debería asignar otro alojamiento?
Dije Yo: “Conozco a la mujer que ha llegado; ¡así que déjenla entrar!”
Con eso, el sirviente se retiró, y Lázaro y los discípulos Me preguntaron quién era esa mujer.
Y Yo les dije: “Conocéis a la doncella María de Magdala, que esta mañana temprano también estuvo con nosotros en el Monte de los Olivos. Esta ha ordenado rápidamente sus cosas en casa y se ha apresurado a venir aquí; por lo tanto, ¡que nadie de vosotros se moleste por su llegada aquí ahora!”.
Pero apenas Yo había terminado de decir estas palabras, cuando la doncella entró, bien vestida y adornada, en la sala, se postró a Mis Pies, abrió de inmediato un frasco de oro lleno de ungüento de nardo, el cual era usado desde tiempos antiguos entre los judíos más distinguidos como uno de los más altos honores, para ungir los pies de alguien, especialmente si provenía de una casa real.
Pero cuando Mis Discípulos se dieron cuenta de esto, hablaron entre ellos: “¿Pero se ha vuelto loca esta mujer? ¡El ungüento podría haberse vendido por al menos doscientos denarios, y ese dinero podría haberse distribuido entre los pobres, — y el Señor no necesita tales honores mundanos!”
Pero Yo miré a los discípulos que murmuraban y dije: “¿Qué os preocupa y molesta ahora de nuevo? Siempre tendréis pobres entre vosotros, pero a Mí no, como estoy ahora entre vosotros. Esta mujer, sin embargo, ha realizado una buena obra hacia Mí, y donde se predique Mi Evangelio, también se mencionará bien esta mujer y este acontecimiento. Después de todo, he estado entre vosotros durante mucho tiempo, y nunca Me habéis ofrecido un jarro de agua para lavar Mis pies; pero esta mujer ya ha lavado Mis pies con sus lágrimas esta mañana y ha regresado para ungirme los pies. ¿Cómo puede entonces molestaros eso? Pero si está escrito que soy un hijo de David, entonces también Me corresponde que alguien Me rinda este honor real”.
Ante Mis Palabras, nadie dijo nada más en contra, y todos elogiaron a la mujer y su acción.
Luego, la mujer se levantó y se disponía a irse.
Pero Yo dije: “¡Ahora quédate Conmigo; a partir de ahora serás testigo de Mis Obras y Mis Misericordias!”.
Entonces la mujer se quedó llena de alegría, y Lázaro la hospedó amablemente y también atendió a sus sirvientes. Y conversamos hasta casi la hora de la tarde, durante la cual esta mujer nos contó muchas de sus experiencias con fidelidad.
Pero cuando la mujer nos contó durante una hora sus experiencias de la manera más decente, algunos de los fariseos convertidos a Mí pensaron que algunas de las cosas relatadas por la mujer no eran apropiadas para esta noble compañía; sin embargo, solo lo pensaron así porque en el relato muy bueno de la mujer se entrelazaron ciertos detalles que también los involucraban a ellos un poco, asi que se sentían bastante aludidos.
Pero Yo elogié la fidelidad y la franqueza de la mujer, y luego les dije a los fariseos y escribas: “¡Mis amigos!, estáis un poco inquietos ahora, pero no os molestéis por el hecho de que a través de la boca de esta mujer salieron a la luz algunas cosas que también vosotros compartís como una parte significativa de culpa en su carne. Pero si las palabras de esta mujer, que no mencionó nombres, os perturban en vuestro corazón, ¿por qué no os véis afectados también por Mi Omnisciencia? Os digo: Más allá, en el reino de los espíritus, se proclamará esto desde los techos, lo que vosotros intentasteis tanto ocultar en este mundo; por lo tanto, es mejor soportar un pequeño juicio en este mundo y sufrir una ligera humillación que ser avergonzados ante todos los ángeles del cielo más allá.
Wer sich hier auf dieser Erde als ein besserer Mensch zeigen will, als er es der Wahrheit nach ist, in dem rastet noch ein heuchlerischer Sinn; mit diesem aber kann man ins Gottesreich noch nicht wohl gelangen. Wer aber vor Mir einst wird bestehen wollen, der muß sich auch der Welt so zeigen, wie er beschaffen ist, dann wird er auch vor Mir und Meinen Engeln kein weiteres Gericht mehr zu bestehen haben, so er sich in seinem Tun und Lassen gebessert hat.
Quien en esta Tierra quiera mostrarse como un mejor ser humano de lo que es en realidad, alberga aún un sentido de hipocresía. Pero con este sentido aún no se puede llegar al Reino de Dios. Pero quien en el futuro quiera ser aprobado por Mí, tiene también que mostrarse ante el mundo tal como es. Entonces no tendrá que enfrentar ningún otro juicio ante Mí y Mis Ángeles, si ha mejorado en sus acciones y omisiones.
¡Mirad a esta mujer! Ella ha pecado mucho; pero porque está llena de sinceridad en su corazón y ha practicado muchos actos de amor al prójimo, muchos de sus pecados le son perdonados, y ahora Me es más querida que muchos justos que nunca han pecado. Porque Yo no vine a este mundo por causa de los justos, sino por causa de los pecadores arrepentidos, así como un médico solo va a aquellos que lo necesitan y no a los sanos que no lo necesitan”.
Ante estas, Mis palabras, los fariseos y escribas, que estaban un poco molestos, no dijeron nada más y aceptaron esta reprimenda.
Luego, la mujer Me pidió que tuviera paciencia con ella y se esforzaría al máximo por remediar todo lo pecaminoso que había cometido por su parte.
Pero Yo le dije amablemente: “Tienes poco que remediar; ¡pero otros tienen mucho que remediar contigo! Pero Yo te digo: ¡perdona a todos los que han pecado contra ti, así como Yo te he perdonado a ti, y también perdonaré sus pecados contra ti Ahora come y bebe, y fortalece tu cuerpo!”.
La doncella dijo: “¡Oh Señor! Solo Tú eres para mí el mejor pan y el vino más fuerte y dulce de los cielos; solo Tú eres el verdadero y más auténtico sustento de vida para mi alma y mi cuerpo; solo te pido que sigas siendo compasivo y misericordioso conmigo, pobre pecadora, y no me abandones”.
Dije Yo: “Mi querida hija, estas palabras no las ha dado tu carne, sino el espíritu del amor en el corazón de tu alma.
Ja, Ich bin ein wahres Brot aus den Himmeln und also auch ein wahrer Wein; wer dies Brot essen und den Wein trinken wird, den wird es ewig nicht hungern und nicht dürsten. Ich bin sonach eine rechte Speise und ein rechter Trank; wer Mich genießen wird im Geiste und in der Wahrheit, der wird den Tod nicht sehen, noch fühlen und schmecken. Aber darum iß und trink nun auch leiblich dieses irdische Brot und den irdischen Wein!“
Sí, Yo soy el verdadero Pan que desciende del Cielo y también el verdadero Vino; aquel que coma este Pan y beba este Vino no tendrá hambre ni sed eternamente. Por lo tanto, Yo soy realmente alimento y bebida; aquel que Me disfrute en espíritu y verdad, no verá, ni sentirá, ni probará la muerte. ¡Pero ahora come y bebe también de este pan terrenal y este vino terrenal!".
Entonces, la doncella tomó primero el pan y comió, y además también bebió un poco de vino».
GEJ 8.80
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