Metáfora para la vida real
José está pasando por un momento difícil: no tiene dinero para construir la casa donde sueña vivir. Juan, al verlo en esta situación, siente compasión y le ofrece prestarle el dinero necesario, con una condición: José solo debe pedírselo. José, confiando en la oferta, le pide ayuda. Con el dinero recibido, logra construir su casa y, finalmente, alcanza la felicidad que tanto deseaba.
De manera similar, un ser humano anhela construir una vida noble y plena en su interior, pero carece de los elementos esenciales para hacerlo realidad. Dios, al verlo, se compadece y le ofrece herramientas necesarias como lucidez mental, honestidad, autenticidad, resiliencia, gratitud, disciplina y humildad. Sin embargo, Dios le pone una condición: le brindará esa ayuda solo si se la pide.
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. (Mateo 7:7)
El humano, lleno de fe, le pide a Dios esas virtudes. Entonces, Dios responde y le concede lo que le había prometido. Con esas herramientas, este ser humano transforma su vida interior y logra convertirse en alguien pleno y noble.
Esta metáfora nos recuerda que, al igual que José encontró apoyo en Juan, nosotros también podemos encontrar fortaleza en Dios, siempre y cuando tengamos la humildad de pedir ayuda.
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