¡No os preocupéis!

1 Escribe pues, para Mi amigo y tu amigo, L. C., porque lo que Yo prometo, lo cumplo también.

2 Quien busca, ante todo, el Reino de Mi Amor, que es un verdadero Reino de Dios sobre la Tierra, no debe preocuparse si vendrán a él los bienes necesarios en este mundo de prueba de la vida, ni de qué manera vendrán. Porque Yo me encargo ya por todo. En el tiempo justo, y en forma desapercibida, estos bienes llegan, — y también todo lo que necesita un hijo que me es agradable.

3 Tú, Mi joven amigo, tú, Mi hijo, con plena confianza, pon todas tus preocupaciones sobre Mis Hombros y sujétate firmemente a Mi Nombre y a Mis Oraciones del Amor. Todo lo demás ya lo haré Yo.

4 Lo bueno que hagas a alguien en Mi Nombre, se te será recompensado centuplicado aquí sobre la Tierra, y más tarde, en el más allá, multiplicado por mil, en Mi Reino.

5 Cuando, a veces, te duela tu carne, entonces ponte muy alegre y piensa que Yo estoy efectuando eso, mostrándote así que estoy sanando muy bien tu cuerpo físico y que tus vasos sanguíneos empiezan a sanar efectivamente. En las noches, antes de dormir, lávate con agua fría y no duermas acostado sobre tu espalda, — y piensa, que Yo Mismo estoy restaurando tu carne, entonces la urgencia pasará inmediatamente.

6 Yo te lo digo. Amén.

dadi3.56.08.11

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tuyo soy, para Ti nací - Poema Teresa de Jesús

Cuerpo, alma y espíritu

El café, las arañas y la Coca Cola