Jesús y los gobernantes
¡Ay
del país, ay de la ciudad donde se practique la prostitución y la
lujuria, y ay de la Tierra cuando en su suelo este gran mal llegue a
ser excesivo! ¡A tales países y ciudades Yo pondré a tiranos
como gobernantes que se verán obligados a imponer cargas
exorbitantes a los hombres, a fin de que toda carne pase hambre y
abandone tal actividad, de la más vil y nefasta, que un hombre es
capaz de cometer en contra de sus pobres prójimos!
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Sobre los placeres carnales
1 (El
Señor:) «Acabamos de examinar el asunto de la pobreza y también
hemos visto las consecuencias que pueden presentarse cuando llega a
ser insoportable. También hemos visto cómo podemos remediarla, y
cuáles son las ventajas que pueden resultar al hombre si cumple con
la instrucción que os he dado a todos vosotros.
De
modo que hemos terminado con los contratiempos que pueden producirse
por la pobreza. Ahora vamos a pasar a otro asunto que parece bastante
distinto del que acabamos de tratar, pero que a pesar de eso está en
relación estrecha con él: el tema del placer carnal.
2 En
este -más o menos para todos los hombres- consiste la calamidad
principal, porque consta que de esta voluptuosidad nacen casi todas
las enfermedades físicas y todos los males del alma.
3 El
hombre renuncia más fácilmente a todos los demás pecados que a
este, porque los demás sólo tienen motivaciones exteriores; este
pecado, sin embargo, tiene la motivación en sí mismo - en la carne
pecaminosa.
Por
eso debéis apartar vuestra vista de los peligros atractivos de la
carne hasta que os hayáis vuelto maestros de ella.
4 ¡Proteged
a los hijos de la primera caída y preservad su pudor, entonces, como
adultos, sabrán dominar su carne con facilidad y no sucumbirán tan
fácilmente! Pero una vez perdido el cuidado, el espíritu malicioso
de la carne tomará posesión de ella.
No
hay diablo más difícil de expulsar que precisamente el diablo de la
carne, a éste sólo se le puede echar fuera del hombre ayunando y
rezando mucho.
5 ¡Absteneos
de enojar a los pequeños y las pequeñas, y de ataviarlos con ropa
exagerada que incita a la carne! ¡Ay de aquel que en este sentido
peca contra la naturaleza de los pequeños y las pequeñas! ¡En
verdad, os digo que para este pecador habría sido mejor si nunca
hubiera nacido!
6 Con
toda la fuerza de mi ira Yo mismo castigaré al malhechor que peque
de esta manera contra la naturaleza sagrada de la juventud; porque
una vez que la carne se ha vuelto quebradiza, entonces el alma ya no
tiene una base sólida, y su perfección resultará extremadamente
difícil.
7 ¡No
podéis haceros idea alguna del trabajo que cuesta a un alma débil
el volver a curar una carne quebradiza hasta que se quede incluso
libre de cicatrices! ¡Qué angustia experimenta el alma
frecuentemente al sentir el quebranto y la debilidad de su carne que
es su envoltura terrenal! ¿Y quién es culpable?, ¡la vigilancia
mala de los hijos y de las hijas, y los muchos enojos causados a los
niños y las niñas!
8 En
general en las ciudades la corrupción moral es mayor que en el
campo.
En
calidad de discípulos míos, llamad la atención de los hombres a
todo lo que os acabo de decir, y a las muchas consecuencias malas de
un quebranto demasiado prematuro de la carne. Habrá muchos que lo
observaran, y de ellos resultarán almas sanas. En estas el espíritu
podrá despertarse más fácilmente de lo que ahora es el caso con
muchos.
9 ¡Ved
a los ciegos, sordos, mutilados, leprosos y gotosos; ved también a
todos los niños y adultos aquejados de diversas enfermedades
físicas! Todas estas enfermedades son la consecuencia de un
quebranto demasiado prematuro de la carne.
10 Antes
de haber cumplido veinticuatro años de edad el varón no debe tocar
a una virgen -ya sabéis cómo debéis entenderlo- y la virgen debe
haber cumplido por lo menos dieciocho años, o por lo menos
diecisiete años enteros; antes de este tiempo no es madura y no debe
reconocer a un varón - aunque aparente cierta madurez. Al ser tocada
demasiado temprano por un hombre voluptuoso, ella ya se vuelve carne
quebradiza y un alma débil y apasionada.
11 Es
difícil curar la carne quebradiza de un hombre, pero aún mucho más
difícil es curar la de una virgen si fue quebrantada antes del
tiempo. Primero es poco probable que dé a luz a hijos completamente
sanos y, segundo, de semana en semana se volverá más adicta al
placer sexual; al fin incluso se volverá prostituta que es la
deshonra más miserable para el género humano - no tanto para ella
misma, pero sí, para aquellos cuya negligencia la han hecho lo que
es.
12 Pero,
¡ay de aquel que se aproveche de la pobreza de una virgen y
quebrante su carne! En verdad os digo: ¡También a este le habría
valido más si nunca hubiera nacido! Y aquel que cohabita con una
prostituta consumada en vez de salvarla mediante los remedios
adecuados -apartándola del camino de la perdición y ayudándola
para que encuentre el buen camino-, para él llegará el día en que
tendrá que justificarse ante Mí tras un juicio severo; porque el
que pega a un hombre sano no peca tanto como el que maltrata a un
lisiado.
13 El
que ha cohabitado con una virgen completamente madura y sana también
ha pecado, pero como el mal ocasionado no tiene consecuencias
perjudiciales -y eso sobre todo si ambos gozan de una salud perfecta-
Él tendrá que someterse a un juicio menos severo.
Pero
el que por mera lascivia hace a una virgen madura lo mismo que haría
a una prostituta -sin engendramiento de un fruto vivo en el regazo de
ella- tendrá que someterse a un juicio doble; y si lo hace con una
prostituta, tendrá que someterse a un juicio diez veces más severo.
14 Una
prostituta es una mujer que en su carne y en su alma ha fracasado
totalmente. El que de corazón honrado le ayuda para salir de su gran
miseria, en mi Reino él será grande.
El
que cohabita con una prostituta por un vil sueldo y de esta manera la
hace peor de lo que era antes, un día venidero será recompensado
con el mismo premio que le toca a cualquier homicida malintencionado
en el lodazal que está a disposición de todos los diablos y sus
servidores.
15 ¡Ay del país, ay de la ciudad donde se practique la prostitución y la lujuria, y ay de la Tierra cuando en su suelo este gran mal llegue a ser excesivo! ¡A tales países y ciudades Yo pondré a tiranos como gobernantes que se verán obligados a imponer cargas exorbitantes a los hombres, a fin de que toda carne pase hambre y abandone tal actividad, de la más vil y nefasta, que un hombre es capaz de cometer en contra de sus pobres prójimos!
16 ¡Que
una prostituta pierda todo honor y respeto incluso ante los que la
han usado por el vil sueldo, porque en lo sucesivo su carne será
víctima de diversas enfermedades difícilmente curables! En el caso
de que una mejore verdaderamente, entonces volveré a mirarla.
17 Si
un hombre lascivo para satisfacer su lascivia recurre a otros medios
que al recipiente que Yo puse en el regazo de la mujer, para él hay
poca probabilidad de que un día llegue a contemplar mi Semblante.
Verdad
es que Moisés para estos casos ordenó la lapidación, la que Yo no
abolo del todo aunque sea un castigo muy duro para tales crímenes y
criminales ya completamente presos del diablo; Yo sólo os doy el
consejo paternal de que quitéis tales pecadores de las comunidades,
que los abandonéis en una gran miseria en un lugar de destierro y,
sólo cuando casi desnudos hayan vuelto a las fronteras del país
natal, los recibáis de nuevo y los metáis en un sanatorio para
curar las almas, y no les permitáis salir de este sanatorio antes de
que estén curados completamente!
Si
durante bastante tiempo han manifestado una verdadera mejoría muchas
veces probada, entonces podrán regresar a la sociedad. No obstante,
si les quedan rastros de tendencias voluptuosas por pequeños que
sean, entonces vale más que el resto de su vida se queden bajo
custodia, para que no puedan contaminar a los hombres no corrompidos
de una sociedad.
18 En
este sentido tampoco tú, Zorel, fuiste puro del todo, porque ya de
muchacho estabas afectado de diversas impurezas - un ejemplo malo y
fastidioso para tus compañeros jóvenes. Pero esto no puede ser
considerado como pecado porque no tenías una educación que habría
podido llevarte a cualquier verdad pura que te habría mostrado lo
que, en realidad, es justo según el Orden de Dios.
Sólo
cuando trataste con un abogado empezaste a conocer los derechos de
los ciudadanos de Roma, y comenzaste a aprender mejores principios.
Verdad es que a partir de este tiempo ya no fuiste un hombre-animal -
lo que no podía evitar que por lo demás fueras un violador de las
leyes, tergiversándolas a más no poder, y engañando a tu prójimo
en cada ocasión que se te presentaba.
Pero
todo esto es agua pasada y, conforme a tu comprensión actual, ahora
te encuentras ante Mí como hombre ya mejor.
19 A
pesar de todo todavía se encuentra mucha lascivia carnal en ti. Por
esto te llamo la máxima atención y te doy el consejo que tengas
sumo cuidado; porque una vez que te encuentres en el ámbito de una
vida algo mejor, tu carne todavía muy lesionada volverá a agitarse
en su quebranto todavía lejano de ser curado... y es posible que te
costará mucho esfuerzo calmar y finalmente sanarla por completo del
antiguo quebranto.
¡Guárdate
de toda clase de exceso, porque en él mora la semilla de la
voluptuosidad carnal! Por eso, ¡sé moderado en todo y nunca te
dejes seducir comiendo y bebiendo excesivamente, de lo contrario
tendrás dificultades en dominar tu carne!
20 De
modo que también hemos tratado un poco el tema de la carne, dentro
de lo que es necesario para ti.
Y
ahora vamos a dedicarnos a otro asunto en el que también te estás
pasando».
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