Pago de alquiler celestial
4 de noviembre 1842.
1 Esto dáselo a mi amado K. G. L., porque, de acuerdo al compromiso, hay que pagar el alquiler de la habitación al alquilador en el tiempo justo. Y por eso Yo también quiero hacer esto.
2 Escribe pues como sigue:
3 ¡Escucha, mi amado K. G. L.! Tú sabes que una vez te dije: ¡Yo quiero hospedarme un poco en tu casa con todos mis “sacos y paquetes”! — ¡Mira, he cumplido Mi Palabra, de lo cual te habrás dado cuenta por algunas manifestaciones externas que, si bien, te han afligido, pero han sido, para tu espíritu, de una utilidad incalculable para ti!
4 Ya que es seguro que he vivido contigo, aún vivo y viviré aun más tiempo contigo, y pienso cuidar tu casa con fidelidad, por eso también es muy justo de Mí, que he sido un inquilino, a veces algo molestoso, que a ti, como el dueño de la casa, te pague el alquiler de la casa y morada en el tiempo justo.
5 ¡Mira, aquí estoy ya con un buen "billete de banco" en la mano, que es un billete de "seguro de vida"! ¡Tan solo acéptalo y ponlo en tu caja doméstica de tu interior, y así averiguarás, con el tiempo, cuán maravillosos intereses de cientos de veces dará este papel del Estado celestial.
6 Sobre este billete de banco está escrito, con letra muy legible, solo la sencilla palabra: ¡Amor! — Pero puedes tener la seguridad que este papel del Estado es la única moneda corriente que cursa en Mi Reino. Moneda sin la cual absolutamente nadie puede subsistir en Mi Reino. Con este billete de banco en el corazón y en la mano puedes viajar fácilmente por todo Mi Reino y por todo el país infinito del Cielo.
7 ¡Así que te doy Amor a ti, mi amado K. G. L., Mi Amor que es la única fianza de la Vida Eterna en Mí! Ponlo en la buena "caja" de tu corazón y te convencerás, lo más pronto posible, que este, Mi "papel del Estado", nunca está sujeto a una caída, sino a una cotización en alza hacia el infinito.
8 ¡Toda la eternidad y todo el infinito tiene que pagar tributo al Amor! Por eso también sus eternos "porcentajes de vida" son infinitos.
9 Por eso, si tienes Mi Amor, tienes todo y no necesitas preocuparte por nada más. Porque este, Mi Amor, eternamente se preocupa ya por todo en sí y ya se ha preocupado por todo.
10 Ya no podrás decir: ¡Oh Padre! ¡Dame pues este Tu Amor! — Porque Yo te lo estoy dando, justamente ahora mismo, como un “dinero de alquiler”. — ¡Recíbelo y úsalo todo el tiempo en forma diligente! Porque no podrás librarte tan fácilmente de él. Pero cuanto más lo utilices, tanto mayor y valioso será, y su valor existirá en forma viva y creciente eternamente.
11 Pero por este pago tendrás también que soportar que Yo viva aun más contigo. Y si cada vez Me gusta más y más estar en tu casa, entonces, con el tiempo, tendrás que aceptar que también Yo me adueñe, por completo, de tu casa a través de un buen chelín de compra, para que puedas decir como Pablo: ¡Ahora ya no vivo yo más, sino Cristo vive en mí!
12 ¡Toma esto, que es amoroso y proviene de Mi Mano, como fianza de vida para tus días! Porque Yo te lo doy a ti para la eternidad. Amén.
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