¡Dios mio!, ¿dónde estás?

Yo, Jesús, te digo: Aquél que dice -Señor, Señor, ¿dónde estás? ¿Por qué no Te dejas encontrar, si soy Tu criatura que Te busca y Te llama desde la oscura profundidad de mi noche de vida? ¿Y por qué no me respondes y dices: '¡Aquí estoy Yo!'-  no encontrará a Dios, el Señor, ni podrá ir donde Él, sino solo aquel que busca a Dios en todo Amor, mansedumbre, humildad, paciencia y completa autorenunciación. Porque Dios es el máximo bien.  

Dios es el Amor más puro. Quien quiera buscarle, tiene que buscarle con el amor más puro en su propio corazón, en el que no exista el más mínimo amor mundano, por más pequeño que parezca. Si Le busca de esta manera, entonces encontrará a Dios con toda seguridad.

 gej.10.097-098

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