¡Sáname, Señor, de la lujuria!

Jesús habla sobre aquellas personas que, estando conscientes de ser adictos a la lujuria, no desean ser sanados por el Salvador. Prefirieron salir de la casa, en donde el Señor predicaba, que ser descubiertos en su debilidad. Pero no se dieron cuenta que al salir molestos, ellos mismos se delataron de tener este vicio lujurioso. El Señor dijo lo siguiente:

»¡Dejemos que se vayan los necios ciegos! ¡Ante los hombres tienen vergüenza, pero ante Dios, que siempre mira profundamente y examina el “corazón” y los “riñones” de los hombres, ante Él no tienen vergüenza!... Os digo a todos: ¡Este sentimiento mundano de vergüenza es vano! ¿Cuánto tiempo más les queda aún por vivir en este mundo? Pronto les será quitado ese cuerpo cuya carne les ha proporcionado tantas horas de placer. ¡Llegarán desnudos al Más Allá donde todo será un secreto a voces y se les echará en cara con todo detalle lo que tan ocultamente hicieron en este mundo! Allí les tocará consumirse de vergüenza, lo que será su mérito justo y permanente, y no les será fácil librarse de ello como lo sería en esta vida terrenal.

En verdad Yo os digo a todos: Lascivos, lujuriosos y prostitutos no entrarán en el Reino de Dios, a no ser que se regeneren por completo de su malvada vida pasada. Pues, ¡todos los otros pecados el hombre los comete fuera del cuerpo, por lo que también se puede librar más fácilmente de ellos, ya que todas sus inclinaciones exteriores no le perjudican tanto como lo que ocurre en su interior! Pero la prostitución y el adulterio se dan en el fuero interno de las personas, perjudicando al alma y al espíritu, y por esto son el mal más peligroso. Por lo tanto, evitadlos y huídlos más que a la peste porque el placer voluptuoso es el pequeño secreto del arte de Satanás. ¡Ay de aquel que con esto se deje atrapar por él! Porque al final, ¡cada uno encontrará una enorme emergencia para liberarse de las garras de Satanás! ¡Atroces sufrimientos y dolores serán su recompensa! Pensad bien en todo ello; de lo contrario vendrán días que ya no os gustarán en absoluto!«
gej01.86.7-8

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