Jesús y los gobernantes

¡Ay del país, ay de la ciudad donde se practique la prostitución y la lujuria, y ay de la Tierra cuando en su suelo este gran mal llegue a ser excesivo! ¡A tales países y ciudades Yo pondré a tiranos como gobernantes que se verán obligados a imponer cargas exorbitantes a los hombres, a fin de que toda carne pase hambre y abandone tal actividad, de la más vil y nefasta, que un hombre es capaz de cometer en contra de sus pobres prójimos!
gej04.80.15

Sobre los placeres carnales

1 (El Señor:) «Acabamos de examinar el asunto de la pobreza y también hemos visto las consecuencias que pueden presentarse cuando llega a ser insoportable. También hemos visto cómo podemos remediarla, y cuáles son las ventajas que pueden resultar al hombre si cumple con la instrucción que os he dado a todos vosotros.
De modo que hemos terminado con los contratiempos que pueden producirse por la pobreza. Ahora vamos a pasar a otro asunto que parece bastante distinto del que acabamos de tratar, pero que a pesar de eso está en relación estrecha con él: el tema del placer carnal.
2 En este -más o menos para todos los hombres- consiste la calamidad principal, porque consta que de esta voluptuosidad nacen casi todas las enfermedades físicas y todos los males del alma.
3 El hombre renuncia más fácilmente a todos los demás pecados que a este, porque los demás sólo tienen motivaciones exteriores; este pecado, sin embargo, tiene la motivación en sí mismo - en la carne pecaminosa.
Por eso debéis apartar vuestra vista de los peligros atractivos de la carne hasta que os hayáis vuelto maestros de ella.
4 ¡Proteged a los hijos de la primera caída y preservad su pudor, entonces, como adultos, sabrán dominar su carne con facilidad y no sucumbirán tan fácilmente! Pero una vez perdido el cuidado, el espíritu malicioso de la carne tomará posesión de ella.
No hay diablo más difícil de expulsar que precisamente el diablo de la carne, a éste sólo se le puede echar fuera del hombre ayunando y rezando mucho.
5 ¡Absteneos de enojar a los pequeños y las pequeñas, y de ataviarlos con ropa exagerada que incita a la carne! ¡Ay de aquel que en este sentido peca contra la naturaleza de los pequeños y las pequeñas! ¡En verdad, os digo que para este pecador habría sido mejor si nunca hubiera nacido!
6 Con toda la fuerza de mi ira Yo mismo castigaré al malhechor que peque de esta manera contra la naturaleza sagrada de la juventud; porque una vez que la carne se ha vuelto quebradiza, entonces el alma ya no tiene una base sólida, y su perfección resultará extremadamente difícil.
7 ¡No podéis haceros idea alguna del trabajo que cuesta a un alma débil el volver a curar una carne quebradiza hasta que se quede incluso libre de cicatrices! ¡Qué angustia experimenta el alma frecuentemente al sentir el quebranto y la debilidad de su carne que es su envoltura terrenal! ¿Y quién es culpable?, ¡la vigilancia mala de los hijos y de las hijas, y los muchos enojos causados a los niños y las niñas!
8 En general en las ciudades la corrupción moral es mayor que en el campo.
En calidad de discípulos míos, llamad la atención de los hombres a todo lo que os acabo de decir, y a las muchas consecuencias malas de un quebranto demasiado prematuro de la carne. Habrá muchos que lo observaran, y de ellos resultarán almas sanas. En estas el espíritu podrá despertarse más fácilmente de lo que ahora es el caso con muchos.
9 ¡Ved a los ciegos, sordos, mutilados, leprosos y gotosos; ved también a todos los niños y adultos aquejados de diversas enfermedades físicas! Todas estas enfermedades son la consecuencia de un quebranto demasiado prematuro de la carne.
10 Antes de haber cumplido veinticuatro años de edad el varón no debe tocar a una virgen -ya sabéis cómo debéis entenderlo- y la virgen debe haber cumplido por lo menos dieciocho años, o por lo menos diecisiete años enteros; antes de este tiempo no es madura y no debe reconocer a un varón - aunque aparente cierta madurez. Al ser tocada demasiado temprano por un hombre voluptuoso, ella ya se vuelve carne quebradiza y un alma débil y apasionada.
11 Es difícil curar la carne quebradiza de un hombre, pero aún mucho más difícil es curar la de una virgen si fue quebrantada antes del tiempo. Primero es poco probable que dé a luz a hijos completamente sanos y, segundo, de semana en semana se volverá más adicta al placer sexual; al fin incluso se volverá prostituta que es la deshonra más miserable para el género humano - no tanto para ella misma, pero sí, para aquellos cuya negligencia la han hecho lo que es.
12 Pero, ¡ay de aquel que se aproveche de la pobreza de una virgen y quebrante su carne! En verdad os digo: ¡También a este le habría valido más si nunca hubiera nacido! Y aquel que cohabita con una prostituta consumada en vez de salvarla mediante los remedios adecuados -apartándola del camino de la perdición y ayudándola para que encuentre el buen camino-, para él llegará el día en que tendrá que justificarse ante Mí tras un juicio severo; porque el que pega a un hombre sano no peca tanto como el que maltrata a un lisiado.
13 El que ha cohabitado con una virgen completamente madura y sana también ha pecado, pero como el mal ocasionado no tiene consecuencias perjudiciales -y eso sobre todo si ambos gozan de una salud perfecta- Él tendrá que someterse a un juicio menos severo.
Pero el que por mera lascivia hace a una virgen madura lo mismo que haría a una prostituta -sin engendramiento de un fruto vivo en el regazo de ella- tendrá que someterse a un juicio doble; y si lo hace con una prostituta, tendrá que someterse a un juicio diez veces más severo.
14 Una prostituta es una mujer que en su carne y en su alma ha fracasado totalmente. El que de corazón honrado le ayuda para salir de su gran miseria, en mi Reino él será grande.
El que cohabita con una prostituta por un vil sueldo y de esta manera la hace peor de lo que era antes, un día venidero será recompensado con el mismo premio que le toca a cualquier homicida malintencionado en el lodazal que está a disposición de todos los diablos y sus servidores.
   15 ¡Ay del país, ay de la ciudad donde se practique la prostitución y la lujuria, y ay de la Tierra cuando en su suelo este gran mal llegue a ser excesivo! ¡A tales países y ciudades Yo pondré a tiranos como gobernantes que se verán obligados a imponer cargas exorbitantes a los hombres, a fin de que toda carne pase hambre y abandone tal actividad, de la más vil y nefasta, que un hombre es capaz de cometer en contra de sus pobres prójimos!
   16 ¡Que una prostituta pierda todo honor y respeto incluso ante los que la han usado por el vil sueldo, porque en lo sucesivo su carne será víctima de diversas enfermedades difícilmente curables! En el caso de que una mejore verdaderamente, entonces volveré a mirarla.
17 Si un hombre lascivo para satisfacer su lascivia recurre a otros medios que al recipiente que Yo puse en el regazo de la mujer, para él hay poca probabilidad de que un día llegue a contemplar mi Semblante.
Verdad es que Moisés para estos casos ordenó la lapidación, la que Yo no abolo del todo aunque sea un castigo muy duro para tales crímenes y criminales ya completamente presos del diablo; Yo sólo os doy el consejo paternal de que quitéis tales pecadores de las comunidades, que los abandonéis en una gran miseria en un lugar de destierro y, sólo cuando casi desnudos hayan vuelto a las fronteras del país natal, los recibáis de nuevo y los metáis en un sanatorio para curar las almas, y no les permitáis salir de este sanatorio antes de que estén curados completamente!
Si durante bastante tiempo han manifestado una verdadera mejoría muchas veces probada, entonces podrán regresar a la sociedad. No obstante, si les quedan rastros de tendencias voluptuosas por pequeños que sean, entonces vale más que el resto de su vida se queden bajo custodia, para que no puedan contaminar a los hombres no corrompidos de una sociedad.
18 En este sentido tampoco tú, Zorel, fuiste puro del todo, porque ya de muchacho estabas afectado de diversas impurezas - un ejemplo malo y fastidioso para tus compañeros jóvenes. Pero esto no puede ser considerado como pecado porque no tenías una educación que habría podido llevarte a cualquier verdad pura que te habría mostrado lo que, en realidad, es justo según el Orden de Dios.
Sólo cuando trataste con un abogado empezaste a conocer los derechos de los ciudadanos de Roma, y comenzaste a aprender mejores principios. Verdad es que a partir de este tiempo ya no fuiste un hombre-animal - lo que no podía evitar que por lo demás fueras un violador de las leyes, tergiversándolas a más no poder, y engañando a tu prójimo en cada ocasión que se te presentaba.
Pero todo esto es agua pasada y, conforme a tu comprensión actual, ahora te encuentras ante Mí como hombre ya mejor.
19 A pesar de todo todavía se encuentra mucha lascivia carnal en ti. Por esto te llamo la máxima atención y te doy el consejo que tengas sumo cuidado; porque una vez que te encuentres en el ámbito de una vida algo mejor, tu carne todavía muy lesionada volverá a agitarse en su quebranto todavía lejano de ser curado... y es posible que te costará mucho esfuerzo calmar y finalmente sanarla por completo del antiguo quebranto.
¡Guárdate de toda clase de exceso, porque en él mora la semilla de la voluptuosidad carnal! Por eso, ¡sé moderado en todo y nunca te dejes seducir comiendo y bebiendo excesivamente, de lo contrario tendrás dificultades en dominar tu carne!
20 De modo que también hemos tratado un poco el tema de la carne, dentro de lo que es necesario para ti.
Y ahora vamos a dedicarnos a otro asunto en el que también te estás pasando».

gej04.80 

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