¿Por qué fue elegida María como la madre de Jesús?
«Pura sufrió en lo profundo más de lo que jamás ha sufrido un ser humano, Dios le prometió una retribución tan grande que toda la eternidad la miraría con reverencia».
Los padres de Pura fueron crucificados y torturados hasta la muerte de la manera más horrenda por los secuaces de Lamech (cruel rey hijo de Caín), ya que secretamente seguían las enseñanzas de Farak (uno de los 10 príncipes de la ciudad de Hanoch) y creían en el gran y todopoderoso Dios proclamado por él. Pura tuvo que presenciar esto hasta perder el conocimiento y luego fue atada a un poste para morir de hambre. Lamel (enviado de Enoc) la rescató y la llevó ante Abedam (Dios visible).
Debido a que Pura sufrió en lo profundo más de lo que jamás ha sufrido un ser humano, Abedam (Dios visible a Sus Hijos), a quien Pura pronto reconoció como el Santo Padre, le prometió una retribución tan grande que toda la eternidad la miraría con reverencia.
Abedam llevó a Pura a la casa de Jared (hijo de Mahalaleel, nieto de Kenan), que también era la casa de Abedam, ya que era una casa del amor más puro que habitaba en Jared, Henoch, Mathusalah (Matusalén) y Lamech (hijo de Mathusalah). Pura no debía casarse antes de que Abedam se lo indicara a Jared. Aunque el tirano Lamech había tratado tan horriblemente a los padres y familiares de Pura, Pura oraba en la cima más que todos los demás por la curación de Lamech, (según relata Adán).
El Señor le prometió a Pura lo siguiente:
«Así existirás en el espíritu como una carne viviente y en el tiempo de los tiempos (la encarnación de Dios en Jesús) ya no serás concebida físicamente en la carne, sino que de una carne concebida surgirá una carne no concebida (la Inmaculada Concepción de María) y de ti una carne viviente (Jesucristo), que será el futuro fundamento de toda la vida».
El Señor le aseguró a Pura que la amaba infinitamente y que, aparte de ella (su corazón), nadie en el cielo o en la tierra era más glorioso y hermoso que ella.
Después que Lamech se convirtiera, Pura fue arrebatada (según la indicación del Señor) a la morada celestial del Señor (el Amor del Padre) por Gabriel, con un cuerpo espiritualizado. Allí permanecería constantemente con Él hasta el tiempo de los tiempos (la encarnación de Dios en Jesús). Esto ocurrió sin una muerte visible, sino que de un momento a otro dejó de ser vista (Asunción).
Fuente: GobD 2.111, GobD 2.114, GobD 2.120-123, GobD 2.142, GobD 2.277, GobD 3.11,
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