La materia concreta no existe

Por Ing. Sigurd von Wurmb - Argentina

«En mi carácter de físico y como hombre que ha dedicado su vida a la ciencia auténtica, a la investigación de la materia, me creo a salvo de la sospecha de un fantasioso irresponsable. Por ello, y a raíz de mis exploraciones en el campo atómico, declaro lo siguiente: "No existe la materia en sí"».

Quedé sorprendido al leer hace un tiempo atrás parte de una disertación que dio el conocido premio Nobel Max Planck (1858-1947) en un Congreso de Ciencias Físicas en Florencia, Italia. Más que sorprendido, quedé impactado al leer estos conceptos de la pluma de uno de los científicos más célebres. 

Cuando hace aproximadamente 100 años, el místico Jakob Lorber dijo prácticamente lo mismo, al publicar las revelaciones que le había dado su "voz interior", la gente lo tomó por un fantasioso, un soñador.

Sobre Max Planck, Premio Nobel de Física en 1918, dijo el científico Werner Héinsenberg, otro premio Nobel (Física 1932) lo siguiente: 

"Max Planck fue el último gran representante de la época clásica de la física, y al mismo tiempo el que comenzó todo lo nuevo; en cierto modo actuando bajo la presión ejercida por las leyes naturales. Max Planck se vio inducido a apartarse de ciertas categorías de pensamiento, consideradas como evidentes hasta entonces".

Estas pocas palabras de Werner Héisenberg nos caracterizan a Max Planck quien, cuando fue estudiante, recibió de su profesor el consejo de no estudiar física "porque en este campo ya no queda nada nuevo para descubrir". 

En diciembre del año 1900, luego de su histórica disertación sobre la teoría de los Cuantos en la Sociedad Alemana de Física en Berlín (en la fórmula de Planck: E=h·ν para las fases energéticas del oscilador Hertz, está expresando la ruptura radical con la tradición científica), Planck fue atacado de manera muy agresiva por sus colegas, burlándose unos de él, mientras otros rompieron su amistad con él, para no quedar en ridículo. Tuvo que pasar 18 años para que ellos entendieran su teoría, reconocimiento que culminó con el otorgamiento del Premio Nobel. 

Esta fotografía nos muestra la estructura atómica de una punta de alfiler, observada a través de un microscopio electrónico con un aumento de dos millones de veces; esto confirma la existencia de otra realidad detrás del mundo que nuestros sentidos perciben.

Hemos citado estos detalles para entender mejor al hombre Max Planck y sus conceptos, que desarrolló en el ya citado Congreso Internacional de Ciencias Físicas de Florencia:

La materia concreta es mera apariencia.

«En mi carácter de Físico y como hombre que ha dedicado su vida a la ciencia auténtica, a la investigación de la Materia, me creo a salvo de la sospecha de un fantasioso irresponsable. Por ello, y a raíz de mis exploraciones en el campo atómico, declaro lo siguiente: 

"No existe la materia en sí".

Toda materia nace y permanece únicamente en virtud de una Fuerza que pone en vibración las partículas intraatómicas y las mantiene vinculadas semejando al más pequeño sistema solar del cosmos. Siendo que en el Universo no existe fuerza inteligente ni fuerza eterna (abstracta) alguna (la humanidad nunca pudo inventar un "perpetum mobile"), debemos admitir detrás de la Fuerza mencionada la presencia de un Espíritu consciente inteligente, o sea que EL FUNDAMENTO ESENCIAL DE LA MATERIA ES DICHO ESPIRITU.  

Ya que según vimos la Materia no existe sin este Espíritu, lo real, cierto y efectivo no es la Materia visible y transitoria, sino el Espíritu invisible e inmortal. Pero siendo que no puede haber espíritu en sí por pertenecer cada espíritu a un ser, debemos forzosamente admitir seres espirituales.

Ahora bien: como a su vez los seres espirituales no pueden ser por sí mismos, sino que deben ser creados, no vacilo en denominar a ese misterioso Creador como lo han nombrado todos los pueblos cultos de la Tierra en los pasados milenios: Dios».

Hasta aquí la disertación del Profesor Max Planck. No sería correcto que, relacionado con el tema, solamente citáramos a Max Planck.  

La mayoría de los Filósofos antiguos, desde Anaxágoras hasta Epicuro, Lucrecio y finalmente hasta Galileo, creían en los átomos con alma propia (Cosmogénesis I, de H. P. Blavatsky).

Para Gottfied Wilhelm Leibwitz (1646 - 1716) la materia no era inactiva y muerta, sino todo es movimiento animado, energía activa: 

"Las partículas elementales son fuerzas vivas, las que no actúan mecánicamente sino por un principio propio; son unidades espirituales".

Ernst Haeckel (1834 - 1919): 

"Las discusiones sobre las particularidades de los átomos podemos aclararlas con la suposición de que estas pequeñísimas partículas, en su calidad de centros de fuerza, están dotadas con alma, que da a cada átomo su sentido y movimiento".

Lord Ernest Rutherford (Premio Nobel 1908), luego de haber publicado en 1911 su teoría de que el átomo consta de un núcleo central, con carga positiva, y electrones con carga negativa, que giran alrededor del núcleo de una especie de nube, compara el átomo con el sistema solar. Así como giran los planetas alrededor del Sol, en órbita elíptica, así también giran con increíble velocidad los electrones alrededor del núcleo del átomo.

El conocido físico Murray Gell-Mann, del Instituto Tecnológico de California, quien se dedicó durante los últimos años al desintegrador de átomos más grande del mundo (una máquina de 200.000 millones de electro-voltios que está en Weston, Estado de Illinois), dijo en una disertación: 

"Creo que la Física de las Partículas se encuentra donde se encontraba la Física Atómica a principios de este siglo.

Tenemos un esquema de las estructuras, pero no existe aún una teoría completa de las interacciones que nos permita comprender lo que está sucediendo en el fondo de todo. En un experimento llevado a cabo por los Físicos de Princeton se demostró la violación de otra ley: la de Simetría. Algunos teóricos llegaron a especular sobre la posibilidad de que se trataba de una quinta fuerza natural.... Estamos en el umbral de un acontecimiento increíble".

Muchos conocen al Dr. Gustav Stromberg a través de sus publicaciones, que aparecieron en el transcurso de sus 30 años de trabajo en el Observatorio Mount Wilson en California. Otros lo conocen por su libro "The Soul of the Universo" (El alma del Universo), con prólogo de su amigo Albert Einstein.

Stromberg se apoyaba en sus investigaciones sobre datos científicos y en su concepto de que un mundo espiritual dirige y guía el desarrollo de las formas vivientes y de la denominada materia inanimada.

Stromberg suponía que toda Vida, toda Materia, tiene su origen en un mundo inmaterial y queda arraigado con aquel mundo. Pensaba en campos estructurales, que dan la forma a la materia inanimada y a los seres vivientes. Cuando se publicó su libro en 1940, su concepto sobre campos organizados como fuerzas conductoras de las formas aún no había sido confirmado en ensayos de laboratorio. Luego el Dr. H. S. Burr, de la Universidad de Yale, demostró en una serie de ensayos la realidad de la teoría de Stromberg. H. S. Burr constató: 

"Debemos suponer que el campo eléctrico de un organismo es más esencial que éste mismo, determinando la estructura biológica".

Estas deducciones, como cita J. Crenshaw, "Fate" Nro. 254, son de una enorme importancia para nuestros Biólogos y otros científicos, porque si las mismas son correctas, significaría esto que toda materia animada, en todos sus estadios de crecimiento, es mantenida en su forma a través de un campo de fuerza eléctrico, que debe poseer una inteligencia propia, que deja el cuerpo al desintegrarse el mismo.

Stromberg decía que estos campos venían de un mundo inmaterial y también volvían hacia allí. El desarrolló un mundo de formas físicas como estructuras de energías, provenientes de un mundo no físico, que tiene su propia estructura inmaterial.

La estructura y la composición del organismo viviente es conducida, según su opinión, por: "Sistemas de ondas inmateriales" o por "Campos de Vida", con la propiedad de construir, con ciertos tipos de moléculas, formas altamente organizadas de plantas y animales.

Stromberg creía que los campos estructurales tienen su origen en un plan infinito, creado por el "Alma del Universo" y que aquel mundo inmaterial es el dominio de Dios y el hogar del alma inmortal del hombre, una vez que dejó su cuerpo físico, lugar donde puede seguir su desarrollo espiritual y ético, fuera de espacio y tiempo, hasta que haya cumplido su misión, para la cual ha sido creado.

Jakob Lorber

El ya citado Jakob Lorber (1800 - 1864), cuando tenía 40 años comenzó a recibir mediante la "Voz Interior" revelaciones que coinciden sorprendentemente con los descubrimientos que conocidos Físicos han realizado 100 años más tarde. 

De su inmensa obra queremos citar solamente algunos conceptos contenidos en su libro "Productos de la Naturaleza"

"Si han sido descubiertas fuerzas que actúan dentro o sobre la materia, ellas no están muertas, sino están vivas y son inteligentes. Tal como puede reconocerse una fuerza a través del efecto, también es posible reconocer la inteligencia de una fuerza a través de la regularidad de su efecto. 

De esta conclusión será comprensible que toda la materia está constituida en realidad de nada más que inteligencias que son guiadas a través de Inteligencias Superiores, según el orden y la necesidad".

En otra parte dice Stromberg: 

"Allí, cuando en una gota de agua bajo el microscopio vosotros descubrís infusorios (células o microorganismos que tiene cilios para su locomoción en un líquido, es decir, animalitos de una sola célula, como formas primitivas de vida), el mundo animal ya se encuentra sobre el milésimo escalón de su desarrollo. 

El primer escalón está formado por los infinitamente pequeños habitantes del éter y son más o menos lo que vosotros llamáis átomos y sus partículas. Estos se encuentran por trillones en un punto. Estos "animalitos atómicos" se forman a través de la fusión de los rayos solares, que se encuentran en el espacio. Su forma es esférica y su alimentación es la esencia de la luz. Su vida dura solamente la trillonésima parte de un segundo".

Es muy fácil deducir que estos "animalitos atómicos", cuya vida solamente tiene tan corta duración, son los "Mesones", descubiertos en 1937 en los rayos cósmicos por el Físico japonés Hedeki Yukawa. En el año 1952, Yukawa recibió el Premio Nobel por el descubrimiento de los "Mesones", cuya vida el calcula en una trillonésima parte de un segundo. 

Con profundidad espiritual se refiere al tema William Walter Atkinson, autor de una serie de libros estimulantes de carácter mental, como así también sobre yoga y temas metapsíquicos, en su obra "El realismo de la confianza", al decir: "La Naturaleza Matriz", cuando comienza a revelar sus actividades, opera sobre el desarrollo de la idea en la Mente Infinita o Espíritu. 

Los cambios, alteraciones y combinaciones de la energía que evoluciona, producen partículas infinitesimales de algo que no es propiamente energía ni materia y que, no obstante, posee las cualidades características de ambas. 

Estas partículas están en íntima vibración, como todas las cosas creadas de energía o materia. En cada una existe la posibilidad de vida y mente. Estas partículas rodease unas a otras y constituyen universos en miniatura, que tienen una unidad de actividad y se forman en una partícula mayor, constituyendo lo que la ciencia llama electrón, protón y neutrón, que percibimos como fin de la agrupación del átomo 

(Aclaración: el núcleo del átomo es un pequeño grupo de protones y neutrones íntimamente unidos. La carga positiva de los protones está compensada por un enjambre de electrones negativos que gira alrededor del núcleo a tal velocidad que las partículas forman como una partícula sólida, del mismo modo que el ventilador que gira a altas velocidades se nos parece como un círculo sólido).

Conviene tener en cuenta que este proceso es puramente mental en su carácter, porque es crecimiento y evolución de la idea de la Naturaleza formada en la Mente Universal.

Con el origen del átomo, aparece la materia. La materia que las mentes poco cultivadas consideran como la substancia más real en la Naturaleza, no es más que el resultado del pensamiento creativo de la "mente Universal" o "Espíritu".

Finalizaremos el presente artículo con las palabras del padre del proyecto espacial de los Estados Unidos, Dr. Wernher von Braun, publicadas en la revista "Zeit" Febrero 1966:

"Más conocemos la complicidad de la estructura de los átomos, el sentido de la vida o el plano fundamental de la Vía Láctea, más debemos sorprendernos de las maravillas de la Creación; a pesar de toda la ciencia del mundo necesitamos la creencia en Dios". 

Fuente: Revista Digital de El Quinto Hombre

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