El cuarto tipo de fuego

"Y la atmósfera terrestre será tan fuertemente
cargada de gases inflamables, que se
incendiará reduciendo ciudades y regiones
en cenizas y polvo" (gej08.186)
Imagen
de noviembre 2018:
Mansiones de California en llamas.
El Señor Jesucristo reveló a su siervo una profecía dada aproximadamente en el año 33 D.C. Transcribimos aquí solamente el cuarto tipo de fuego previo a su segunda venida a la Tierra:

"Os acabo de mostrar el tercer tipo de fuego previo a Mi Segunda Llegada a la Tierra. Ahora quiero mostraros el cuarto tipo de fuego, por el cual la Tierra y los hombres y toda la Creación será purificada durante Mi Segunda Llegada. Este tipo de fuego consistirá en grandes y naturales convulsiones telúricas de todo tipo y categoría. Para ser más preciso, el fuego que aparecerá en aquellos puntos de la Tierra en donde los hombres se han construido las exageras, enormes y suntuosas metrópolis. Metrópolis en donde predominan la mayor soberbia, desamor, malas costumbres, falsos juicios, poder, honores, pereza, al lado de la máxima pobreza, todo tipo de emergencias, miserias y sufrimientos generados por el excesivo epicureísmo (ateísmo) de los grandes y poderosos.

En tales ciudades surgirán, por la codicia, fábricas en grandes proporciones y, en vez de manos humanas, trabajarán el fuego y el agua en unión con millares de máquinas de acero artificiales. El calentamiento se hará por medio de carbón de la era prehistórica que los hoombres extraerán en exiguas cantidades de las profundidades de la Tierra.

Cuando tales actividades y industrias a través del poder del fuego hayan alcanzado su culminación, la atmósfera terrestre será tan fuertemente cargada de gases inflamables, que se incendiará aquí y allá, reduciendo tales lugares y regiones en cenizas y polvo, incluyendo a muchos de sus habitantes. Tal será una purificación enorme y eficaz. Lo que no fuere alcanzado por el fuego, será hecho por varias tempestades de todo tipo donde fuere preciso; pues, sin necesidad, nada será quemado ni destruido.

Por ese medio, el aire será liberado de los vapores nocivos y de los elementos de la Naturaleza; habrá influencia benéfica sobre todos los seres de la Tierra y la salud de los hombres, hasta el punto de terminar varias enfermedades malignas, alcanzando el Género Humano edad avanzada y saludable.

Como las criaturas purificadas se hallarán en Mi Luz, respetando para siempre las Leyes del Amor, los bienes terrenos serán de tal forma distribuidos, que cada uno tendrá lo suficiente, aplicando justo celo. Los jefes de la comunidad, tanto como los gobernantes igualmente actuando bajo Mi Voluntad y Luz, harán que jamás haya alguna carencia en el pueblo. Yo Mismo visitaré las criaturas, para levantarlas y fortificarlas donde exista el mayor deseo y el amor más fuerte para Conmigo.

Esto es una profecía para un futuro bastante lejano*, pero que se cumplirá; pues, todo podrá desaparecer, incluso esta Tierra y el Cielo visible; pero Mis Palabras y Promesas jamás dejarán de cumplirse.”

Fuente: Gran Evangelio de Juan
, tomo 8, capítulos 186, versículos del 4 al 9.
(gej08.186.04-09)

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