¡No os preocupéis!

11 de agosto de 1856.

1 Bien, entonces escribe para Mi amigo y para tu amigo L. C., porque lo que Yo prometo también lo cumplo.

2 Quien ante todo busca el Reino de Mi Amor, que es un verdadero Reino de Dios sobre la Tierra, no debe preocuparse si es que vendrán a él los bienes necesarios de este mundo de prueba de vida o no. Tampoco debe preocuparse de qué manera vienen. Porque aquí Yo me encargo ya de todo. En el tiempo justo vienen estos sin que se den cuenta - y todo lo que necesita un hijo que Me es agradable.

3 Tú, Mi amigo joven, tú, Mi hijo, pon, lleno de confianza, todas tus preocupaciones sobre Mis Espaldas y permanece firme en Mi Nombre y en Mis Mandamientos del Amor; el resto ya lo haré Yo.

4 Lo que, en Mi Nombre, hayas hecho bien a alguien, se te será devuelto aquí multiplicado por cien y en el futuro, en Mi Reino, en el más allá multiplicado por mil.

5 Si de vez en cuando tu carne te pica, entonces alégrate y piensa que eso lo efectúo Yo y te muestro con esto que estoy sanando tu cuerpo físico y que tus arterias empiezan a sanar. Por las noches lávate con agua fría antes de dormir y no te acuestes sobre tu espalda - y piensa que Yo mismo soy el que restaura tu carne, entonces así la tribulación pasará pronto.

6 Yo te lo digo. Amén.

dadi3.560811
» Dádivas del Cielo «
Tomo 3, página 310
Recibido por Jakob Lorber
el 11 de agosto de 1856.

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