Tiberio decidió castigar a los que mataron a Jesús
En el año 2011 se publicó un libro con la correspondencia entre Abgaro de Edesa y el emperador romano Tiberio (42 A. C. - 37 D. C.). En ella se muestra la existencia histórica de Abgaro, rey de los armenios. Abgaro mantuvo también correspondencia escrita con el Señor Jesucristo y publicada por el historiador Eusebio de Cesarea.
El historiador armenio Movses Khorenatsi describe que el núcleo de estas cartas es esencialmente auténtico. Este trabajo parece conservar material muy antiguo, como la información sobre la amistad entre Abgaro que reinaba en la capital con el nombre de Edesa.
La carta inicial de Abgaro a Tiberio decía:
“Abgaro, rey de Armenia, a mi señor Tiberio, emperador de los romanos, saludo: Sé que nada es desconocido para Vuestra Majestad, pero, como amigo vuestro, quisiera informaros mejor de los hechos por escrito. Los judíos que habitan en los cantones de Palestina han crucificado a Jesús: Jesús sin pecado, Jesús después de tantos actos de bondad, tantos prodigios y milagros obrados para su bien, hasta la resurrección de los muertos.
Ten por seguro que estos no son hechos del poder de un simple mortal, sino de Dios mismo. Durante el tiempo que lo estaban crucificando, el sol se oscureció, la tierra se movió, se estremeció; Jesús mismo, tres días después, resucitó de entre los muertos y se apareció a muchos.
Ahora, en todas partes, sólo Su nombre, invocado por sus discípulos, produce los mayores milagros: lo que me ha sucedido a mí es la prueba más evidente de ello.
Vuestra augusta Majestad sabe desde ahora lo que debe hacerse en lo futuro con respecto a la nación judía, que ha cometido este crimen; Vuestra Majestad sabe si no debe publicarse por todo el universo un mandato de adorar a Cristo como verdadero Dios. Seguridad y salud”.
La respuesta de Tiberio decía:
“Tiberio, emperador de los romanos, a Abgaro, rey de los armenios, saludo:
Me han leído su amable carta, y deseo que le den las gracias de mi parte. Aunque ya habíamos escuchado a varias personas relatar estos hechos, Pilato nos ha informado oficialmente de los milagros de Jesús. Él nos ha certificado que después de Su resurrección de entre los muertos, muchos lo reconocieron como Dios.
Por eso yo mismo también quise hacer lo que tú propones; pero, como es costumbre de los romanos no admitir un dios meramente por mandato del soberano, sino sólo cuando la admisión ha sido discutida y examinada en pleno senado, Propuse el asunto al Senado, y lo rechazaron con desprecio, sin duda porque no lo habían considerado primero.
Pero hemos mandado a todos aquellos a quienes Jesús conviene, que lo reciban entre los dioses. Hemos amenazado de muerte a cualquiera que hable mal de los cristianos.
En cuanto a la nación judía que se ha atrevido a crucificar a Jesús, quien, según oigo, lejos de merecer la cruz y la muerte, era digno de honra, digno de la adoración de los hombres, cuando yo esté libre de la guerra con España rebelde, examinaré el asunto, y trataré a los judíos como se merecen”.
Fuentes:
https://www.degruyter.com/document/doi/10.31826/hug-2011-090104/html
Comentarios
Publicar un comentario