Jorge y sus diversos nombres
Cuando fue a Inglaterra experimentó el mismo problema: los ingleses tampoco sabían articular "correctamente" su nombre. Así que decidió hacerse llamar George [ˈdʒɔːrdʒ], en Italia Giorgio, en Rusia Джорджо, en China 喬治 (Qiáozhì), etc.
La pregunta es: En otros países, ¿es Jorge la misma persona o alguien completamente diferente?
Respuesta: ¡Es la misma persona!
Igualmente Dios es el mismo Dios, independiente de cómo lo nombren: Jesús, Emanuel, Jehova, Zebaot, Yavé, Elohim, Alá, Todopoderoso, Altísimo, "el flaco", "el barbón", "mi Amor, mi Vida", Padre, Abba, el Ser,... siempre será el mismo Dios.
Quizás algún crítico diga:
—¡No, estás muy mal!, ¿acaso no sabes que el nombre original posee poderes especiales, más aún si lo sabes declamar bien, junto a un altar con incienso de calidad y velas blancas? ¡Ah, por supuesto, no deben faltar cánticos, chantes y alabanzas de mínimo 1 hora diarias para que al fin puedas venerar su santo Nombre como debe ser! ¡No hay que olvidar la ofrenda que cuanto más cuantiosa, tanto más caso te hará la deidad!
¿Qué se puede argumentar ante esta crítica?
"Agua que no has de beber, déjala correr".
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