Cómo pedir correctamente
Si alguien tiene la petición de que Dios, como el único verdadero Creador y Padre de todas las personas y ángeles, le ayude en uno u otro asunto, que no vaya con su petición a un templo o sinagoga y tampoco a ningún sacerdote, más bien que se encierre en un pequeño cuartito, y en especial en lo más tranquilo de su corazón, y rece allí a Dios, como el Padre más amoroso, y le pida la ayuda justa.
Y el Padre, que oye y ve todo, incluso en lo más oculto, siempre le dará con mucho gusto lo que han pedido justamente quienes suplican correctamente y en el espíritu de la verdad. De esto podéis estar plenamente seguros.
Pero el Padre Celestial nunca pronunciará Su omnipotente Amén a un pedido que se muestra públicamente ante la gente y en el que el corazón a menudo siente muy poco.
Fuente: Gran Evangelio de Juan, tomo 9, capítulo 209, versículo 6
Y cuando pidáis algo al Padre, no le pidáis tanto por los bienes de esta tierra, que buscan los ciegos y necios paganos y también los judíos y fariseos que han olvidado a Dios, sino pedidle por los tesoros inmortales para el alma y el espíritu. Estos tesoros no serán negados nunca a nadie.
Fuente: Gran Evangelio de Juan, tomo 9, capítulo 209, versículo 9.
Quien se haya fortalecido en el espíritu, y por lo tanto en el Reino de Dios, será también un amo sobre las cosas del mundo y nunca tendrá que soportar una gran necesidad para su cuerpo físico; pero también es mejor para el que ha despertado espiritualmente entregarse a los bienes de los cielos de Dios, y soportar una pequeña necesidad en los bienes de esta tierra. - ¡Recordad esto también y prestad atención en la acción!
Fuente: Gran Evangelio de Juan, tomo 9, capítulo 209, versículo 10.
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