Sobre la autoridad en el mundo
1. Que sean dirigidas aquí algunas palabras a Andrés H., que tiene que ejercer un oficio seglar, que es un derecho para el bienestar temporal de los grandes del mundo, reprimiendo a los pequeños y débiles, que están allí sin poseer el poder y la fuerza del mundo; débiles que tienen que alimentar a los grandes para nada más que el mantenimiento de un derecho que pone todas las cargas sobre sus débiles espaldas.
2. Aparte de Mi Amor, no existe en ningún lugar derecho alguno, más que sólo dentro de Mi Amor. Mi Amor está dentro de vosotros. De él emerge la Sabiduría. Ambos constituyen el Orden Eterno con el que se hizo todo lo que existe, desde lo más pequeño hasta lo más grande, cada uno en número infinito.
Este, Mi Amor, da con gusto todo lo que tiene, no se apropia de nada con el fin de poseer algo, sino sólo para poder dar más. Mi Amor no destruye nada, sino que sólo quiere conservarlo todo para que nada perezca.
Mi Amor está siempre dispuesto a llevar toda la carga por los demás, para que todos estén mejor en el gran alivio de su carga. Mi Amor es paciente, manso y lleno de humildad y devoción ante todas las exigencias de la Sabiduría que acompaña sólo al Amor. Mi Amor posee incluso la fuerza para soportar todas las dificultades imaginables con una diáfana serenidad.
Reflexiona: aparte de Mi Amor, ¿existe algo más que podría o debería llamarse “derecho”?
3. Si también consideras que el Amor, que proviene de Mí, siempre es acompañado de la verdadera Sabiduría libre y en justa medida. Sabiduría que es la única legisladora justa, es aquella que lo arregla todo de la mejor manera y la que ilumina todo y la que comprende todo desde el fundamento.
Sí, en otras palabras, cualquier cosa que está fundamentada en Mi Amor, allí también se encuentra el verdadero derecho. Pero en donde no es así tampoco existe derecho, sino todo lo contrario.
Tal "no-derecho" se basa en el amor egoísta y su verdadera naturaleza no es más que una ley del puño o robo con apariencia humanitaria. E incluso si a menudo al ciego le parece exteriormente como si fuera amor, pero la verdad es que no es más que un infernal amor egoísta.
4. El amor egoísta os enseña a reconocer lenta y laboriosamente vuestras necesidades y la ventaja de vuestras acciones, y os permite reconocer los medios para organizar vuestras relaciones de tal manera que le permitan al prójimo un espacio de vida tan limitado como el que tiene un pájaro en su jaula o un pez en su recipiente.
Desde este punto de vista de dominio o más bien de robo, las leyes se dan en innumerables cantidades, dependiendo del número de necesidades de bienestar que tiene el amor egoísta. Necesidades que crecen cada vez más.
Está claro que estas leyes deben mantenerse muy estrictas y deben estar garantizadas a través de encarcelamientos, pólvora y muerte.
A veces, el amor egoísta dictamina también leyes para que los esclavos no se peleen entre sí en la larga noche de desesperación, por lo que el individuo también piensa que está ganando algo y se comporta con calma, ya que todavía se le permite disfrutar un poco de lo que cae al suelo de las mesas de los gobernantes, cosas que ya no le sirven a ellos.
5. Ahora, mira, la gente a menudo se ve obligada a abandonar Mi Amor y a apoderarse del amor egoísta y a actuar mal a pequeña escala, como los grandes lo hacen a gran escala, que mienten, hurtan, roban y asesinan y además son descarados por atreverse a hundir Mis Leyes en sus excrementos para así darles una supuesta, pero maldita "imagen de moralidad".
¡Ay de ellos algún día! Bien esto puede cegar a los ciegos, pero Yo miro sus trucos y se los revelo a Mis Hijos que han comenzado a buscarme.
6. ¡Por tanto, te aconsejo que busques diligentemente Mi Amor, en el que habita toda Sabiduría. Recién con la Sabiduría podrás convertirte en un hombre completamente justo en el sabio ejercicio del no insignificante oficio que se te ha confiado, para el verdadero bienestar de tus muchos hermanos y hermanas!
7. Y créeme firmemente: Todo lo que te enseñe a hacer la Sabiduría proveniente de Mi Amor, lo ejecutarás sin obstáculos, y a ti no se te tocará ni un cabello. Porque allí en donde ordena la Sabiduría, allí también tiene de parte Mía los mejores medios y en grandes cantidades para la ejecución.
8. Esto lo digo Yo, el Amor Eterno, por ahora sólo a ti a través de mi débil siervo, que es un escribano voluntarioso y tiene poco miedo a los hombres desde que me conoce más de cerca. - Amén.
Fuente: Dádivas del Cielo, recibido por Jakob Lorber el sábado, 18 de abril de 1840.
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