La imagen del Señor

Pintado por Eugen J. Winkler, Alemania
01 En lo que respecta al deseo piadoso que tiene el pintor W. ya hace mucho tiempo, aunque, más en su cabeza que en el pecho y sus entrañas, aquí digo Yo que no me es agradable imagen alguna, ni a colores y menos en madera o siquiera en metal o piedra.
02 Pues mirad, todo esto no es más que algo material y por tanto muerto. Pero si ahora vosotros queréis representarme en la materia entonces me representáis en la muerte como un ser de forma de mi piel externa — lo que a menudo ha hecho retirar al ser Vivo de vuestros corazones y poner en su lugar a una imagen muerta de mi piel.
03 ¡Por eso debéis ocuparos mucho más  en la imagen viva de mi Amor y mi Gracia en vuestros corazones en vez de la copia fiel de mi piel! Porque, al igual que vuestras vidas no viven en la piel sino sólo en el corazón, también toda vida que sale de Mí no proviene de mi piel sino de mi profunda Profundidad dentro de vosotros — así como en forma natural toda luz y calor del sol proviene de su centro allí donde vive una pequeña chispa del mi Gracia y Misericordia — ¡Mirad, esto es la Verdad!
04 ¡Si a pesar de esto queréis una imagen de mi piel, entonces quiero dárosla como cuando di un rey al pueblo israelita! ¡Pero ay de aquellos que intenten adorarla! Porque sus almas se debilitarían y sus espíritus  difícilmente encontrarán más mi Vida dentro de sí.
05 Pero así es la forma de mi piel, es decir la de mi cabeza, mis cabellos, ojos, nariz, de la boca, de las orejas, del mentón y del cuello.
06 Que la cabeza tenga 10 pulgadas de altura sin considerar el cabello, y 7 pulgadas de ancho sin considerar el cabello. Dar a la frente 2/5 partes de la longitud de la cara, y entonces que la nariz sea 1 ½ quintos y que desde la nariz hasta el final del mentón sea 1 ½ quintos.
07 Que la frente tenga una forma ovalada, sin arrugas, en color muy claro, lleno de majestuosidad divina en dirección de los cabellos que deben tener un color rubio dorado luminoso.
08 Los ojos deben ser grandes. El iris azul. Las pupilas muy negras en comparación relativa al azul. Los ángulos puros, las pestañas frescas, las cejas tupidas y de color marrón oscuro.
09 Que la nariz sea recta y noble, suave y no muy ancha, pero tampoco muy angosta.
10 Que la boca sea llena de dignidad y gracia, media abierta como si un amante estuviera hablando a su novia, no muy angosta, no muy ancha, sino en justa proporción, tanto el labio superior como el inferior, suave en los ángulos y tierno en el centro.
11 Un mentón que sobresale un poco, no muy ancho, ni muy ajustado, bien adornado una barba de color algo más oscuro que los cabellos. Que la barba esté dividida correctamente en el centro del mentón. La barba debe perderse suavemente a lo largo de ambos lados del mentón y no deben ocupar un espacio mayor que 1/5 de la mejilla. Así también el bigote debe estar en la justa proporción por arriba de la boca de tal manera que no afecte ni los labios ni los ángulos de la boca.
12 Pero que la oreja esté en justa relación con la nariz y debe estar libre, es decir sin ser tapada por los cabellos que deben caer suavemente y ondulados sobre la nuca por una longitud de un palmo.
13 Que el cuello sea de longitud mediana, perfecta, como la de una doncella.
14 Que la expresión de rostro represente a un novio lleno de amor con una mirada de dolor anhelante por su novia infiel, parecido a uno que se despide con el corazón lleno de amor con una lágrima del Amor puro y verdadero.
15 Que la figura esté vestida con una ancha túnica de pliegues de color celeste al estilo israelita con un ribete de un dedo de ancho, descalza, la mano derecha extendida en dirección hacia vosotros pecadores — como si estuviera diciendo: “Venid hacia Mí todos los que estéis cansados y recargados! ¡Yo quiero reconfortaros!” — y la mano izquierda puesta sobre el corazón, como diciendo: “¡Hijos, éste es el camino de la Vida, allí está la puerta hacia el Padre! ¡Quién no entra por allí no llega al Padre!”
16 Que esta imagen descrita exactamente se encuentre sobre una colina que por detrás de ella irradia una gran gloria. Que a mi derecha y a mi izquierda haya dos columnas grandes, adornadas con dos querubines flamígeros. Que en el medio de las columnas se encuentre una tabla de mandamientos sostenida por un serafín. Que de estas dos columnas salgan sendas murallas hacia la izquierda y la derecha.
17 Pero que debajo de la colina, en el plano, estén representados dos grupos de hombres de los cuales pocos dirigen sus ojos hacia Mí, la mayoría que se alejan de Mí están sobre tablas de mandamientos rotas. Muy en la esquina de la izquierda se encuentran unos revoltosos que ponen escaleras sobre la muralla para pasar por encima de ella, pero las escaleras son muy cortas y muy débiles de lo cual deben dar testimonios las muchas piezas de escaleras rotas.
18 Detrás  de mi cabeza se muestra muy débilmente — como rodeada por una neblina luminosa — partes de la nueva ciudad de la Santidad de Dios que en estos momentos ha empezado a descender ante vosotros.
19 Mirad, esta es una imagen perfecta si se la realiza así como Yo os la he dado fidedignamente. Será difícil realizarlo bien sin mi Gracia. ¡Pero si el pintor W., el riguroso, quiere realizarla por Amor puro hacia Mí, entonces la Gracia no quedará en el camino y la imagen causará mucho asombro a todos los que la miren aunque sea por curiosidad, y romperá a algunos corazones endurecidos porque ya no será una simple imagen más sino, como tal, es una letra inicial llena de significado de la nueva Jerusalén porque la misma debería ser vista sólo así! — Amén
20 ¡Yo, Jesús, el verdadero Cristo lleno de Amor y Sabiduría! Amén.
»Dádivas del Cielo«, Tomo 1, página 27,
recibido el 1/6/1840 por Jakob Lorber

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