El sermón de la hiena
Hiena gigante extinta comparada con hombre de 1.8 metros de altura. |
En la historia de la antigüedad, cuando Lamec, hijo de Caín y hecho un tirano, comenzó a perseguir a sus semejantes hubieron muchos que huyeron. Entre ellos siete jóvenes con siete mujeres. El lugar estaba lleno de animales. En este extracto reproducimos las experiencias que tuvieron con una hiena...
30 Cuando
los siete jóvenes con sus siete mujeres hubieron terminado su
oración corta pero muy sincera, empezó a levantarse un aire muy
ligero que soplaba desde las montañas. Y a la vez se acercó una
enorme hiena en grandes saltos, poniendo una cara muy feroz, y se
paró justamente delante del pequeño grupo, examinando a todos de
arriba abajo y de izquierda a derecha, como para apreciar por dónde
clavar el primer mordisco. Ante este peligro todos quisieron
refugiarse en el agua, pero en voz muy alta el portavoz los armó de
valor: «¡Oídme!, ¡quedémonos todos donde estamos, rodeados del
Poder del Rey invencible, y creedme que aunque nos aniquilara, dentro
de esta aniquilación aún nos mantendría de la mejor manera! De
modo que no temáis a esta pequeña hiena ante el hecho de que hemos
escapado sanos y salvos de las garras de una hiena mucho mayor...
sobre todo aquí en estas llanuras donde ya no hay hiena que tenga el
poder de atacar a hombre alguno.
Como
el gran Rey de encima de las estrellas aquí en las montañas nos ha
salvado de tantos miles de las bestias más voraces, teniendo en
cuenta que fuimos en contra de Él, ¿cómo va a querer aniquilarnos
ahora que estamos a favor de Él?
31 Creedme,
¡Él nos mantendrá sanos y salvos! Y ahora fijaos todos en mí,
porque lleno de fe me acercaré a la hiena y meteré mi cabeza en sus
fauces. Si ella me hace el menor daño, entonces huid al agua o
adónde sea, pero en cuanto veáis que saco mi cabeza sana de sus
fauces, ¡entonces echaos al suelo dando las gracias al gran Rey,
porque debe de estar ya muy cerca de nosotros!».
32 Dicho
y hecho... Lleno de confianza se dirigió a la hiena que estaba
rabiando con sus fauces tan abiertas que la cabeza del joven tenia
sitio más que suficiente en ella.
33 Pero
igual de sana que la había metido, igual de sana volvió a sacarla
de las fauces, sin la menor herida. A todo esto el grupo quedó
sobremanera sorprendido, cayó al suelo y me lo agradeció de todo
corazón, a pesar de que no me conocía.
34 Cuando
todavía estaban dándome las gracias, de repente, para gran sorpresa
de ellos, la hiena empezó a hablarles en palabras bien
comprensibles:
35 «¡Oh,
descendientes tardos de Caín y de Hanoc, ¡levantaos y miradme! -
¡Ved mi aspecto furioso! No soy más que un animal feroz, destinado
para vigilar fielmente las montañas y los grandes hijos de Dios que
viven en ellas, y al que vosotros en vuestra gran ceguera le llamáis
de Rey...
Decidme si yo, como animal, jamás he infringido la Voluntad de
Dios... Mi vida es muy corta y no he de esperar nada. Lo que mi sed
de sangre me aporta es todo lo que el Creador me consiente. Y aquel
de vosotros que jamás me haya visto infringir los límites que me
están impuestos, a no ser que hubiera sido la Voluntad de Dios, ¡que
él tome una piedra y me mate!
36 Veo
que vaciláis... ¡Pero no por no atreveros sino porque os admiráis
de mi obediencia ante la Voluntad de Dios! ¡Y ahora ved, cómo a
vosotros que sois seres humanos a los que espera una Vida eterna, por
ser así la Voluntad de Dios, una fiera voraz tiene que enseñaros
sobre vuestro olvido de Él y de vuestro destino!
No
hay ni una bestia feroz que aun en la hambruna ataque a sus
semejantes para despedazar y comérselos para calmar su hambre.
Vosotros,
sin embargo, los que estáis predestinados para una Vida eterna,
vosotros hacéis campañas de caza de vuestros semejantes, y eso no
por causa de miseria alguna sino únicamente para matarlos y
satisfacer vuestro despotismo infernal... sólo por eso mancháis la
tierra con su sangre, enterrando su carne en ella.
37 Oh,
¡deberíais avergonzaros, vosotros que habéis sido predestinados
para ser los señores del mundo!... ¿Dónde está vuestra
magnificencia? Vosotros sois catorce y yo estoy sola, y aun así, al
verme, habéis sufrido una angustia mortal... de un animal que
conforme la Voluntad de Dios desde el origen fue destinado para
serviros...
38 Entrad
en los bosques y aseguraos vosotros mismos si hay animal alguno que
esclavice al otro. Y si alguno se volviera pendenciero, pronto lo
echarían de su comunidad, dado que no se comportaba conforme la
Voluntad de Dios que reina en nuestro interior. Nunca veréis que un
animal perezoso obligue a otro a ir a cazar para él y que le traiga
la presa... Y la fiera tampoco va a despedazar la presa antes de que
esta se haya enfriado, porque así lo enseña la Voluntad de Dios en
nuestro interior... Y os aseguro que no hay animal que tan sólo
levante la cabeza sin que así sea la Voluntad de Dios.
39 Entre
nosotros no conocemos ni ponemos límites de propiedad, a no ser en
lo que se refiere a nuestra naturaleza y nuestro cuerpo físico. Sin
embargo vosotros, los seres humanos que os habéis olvidado del todo
de Dios, vosotros dividís las tierras y un soberano os dice: “Esto
te lo doy contra pago de un tributo, y aquello lo doy a un favorecido
porque el trabajo de sus fuertes siervos me resulta muy útil. Del
resto del pueblo podéis serviros como animales de carga, y no
tendréis que darles más de lo que necesiten para ir tirando”.
Y
en caso de que se opongan a hacer todo para que el soberano tenga una
vida regalada, primero les tocarán malos tratos y segundo la
muerte... Y si algún esclavo se imaginara ser hermano del rey y que
por ello también tuviera derechos parecidos, ¿acaso no le
asesinarían inmediatamente? Decidme, ¿dónde en toda la Tierra hay
algo más cruel de lo que sois vosotros, los hombres? Una serpiente,
yo, un león, un tigre, un lobo feroz o un oso furioso, ¿acaso no
somos ángeles santos en comparación con vosotros, los seres
humanos?
Oh
si nos fuera dada la facultad de amar, ¡cómo amaríamos a Dios!
Pero incluso faltos de amor ya le amamos por nuestra obediencia
infinitamente más que vosotros que no sólo os olvidasteis de su
Amor a base del cual os ha creado, sino que os olvidasteis incluso de
Él mismo - El que os ha creado...
40 Preguntadles
a las piedras, las hierbas, el aire y el agua... preguntad a todo lo
que se os presente - ¡menos a un hombre!, y todo os dará testimonio
del gran Dios y os demostrará los milagros infinitos de su gran
Amor. Únicamente vosotros los hombres, predestinados para una Vida
eternamente bienaventurada y absolutamente libre, podíais olvidaros
de vuestro Creador y Bienhechor eterno...
No
me extraña que aún no tengáis nombres. ¿Qué nombres se os podría
dar? Los diablos conocen a Dios y le rehuyen; los satanás también
conocen a Dios y le odian porque es el Dios y Señor de su
existencia... ¿Pero quienes sois vosotros que desde el origen sois
diablos y satanás, a los que el infinito Amor de Dios volvió en
hombres totalmente libres, y que como tales se olvidaron totalmente
de Él?... Y dentro de vuestra debilidad de mosquito vosotros mismos
os tomáis por dioses, sólo porque os entendéis dándoos mútuamente
con palos y construyendo con montones de piedras huecos que llamáis
“ciudades”...
Ved,
tal como sois, no sois nada; porque una brizna de hierba es más que
vosotros. Y una garra de hiena es más sagrada que una ralea de
hombres que como vosotros salieron de Hanoc y de los cuales hasta
ahora formasteis parte.
41 He
aquí la Voluntad de Dios: Antes de que os sea asignado otro destino,
vais a pasar durante setenta días por la escuela de las hienas, para
que antes de todo aprendáis humanidad y amor al prójimo, y para que
luego también lleguéis a conocer a Dios. Y una vez que de nosotros,
las bestias voraces, hayáis reconocido vuestra igualdad, y mediante
nuestra obediencia ciega y muda ante Dios también le hayáis
reconocido a Él, sólo entonces el Señor de todas las criaturas
hará que os indiquemos un nuevo destino pacífico.
42 Ahora
seguidme conforme a la Voluntad de Dios, sin tener miedo - a no ser
el temor justo de Dios. Al obediente nada le pasará. Pero tampoco el
desobediente merece el mordisco de la hiena, sino que tendrá que
esperar aquí hasta que le toque la misma suerte de Lamek, el rey de
los satanás».
43 De
modo que todos ellos, los catorce, siguieron a la hiena feroz para
entrar con ella en una gruta oscura, donde por mi indulgencia
aprendieron de la naturaleza
de las bestias... pues,
aprendieron del derecho de igualdad entre los hombres, del amor al
prójimo y de la obediencia... y en este plan también me
reconocieron a Mí y empezaron a tener fe en Mí. De esta manera a
todos les quedaba clara la gran diferencia entre la verdadera
humanidad y los animales; pero al mismo tiempo les quedó claro lo
terriblemente que antes se habían encontrado debajo del nivel de los
animales... Y todo esto por mi Gracia que hizo que ellos pudieran ver
y experimentar mi Voluntad en los animales salvajes, en toda su
Plenitud.
44 (Nota
bene del Señor: Más que entonces, hoy en día os haría falta una
enseñanza como esta. Porque si en aquellos tiempos los hombres
fueron malvados, era por las tinieblas en las que vivían; pero ahora
son malvados aun estando en la Luz... De modo que incluso el rey de
las tinieblas tiene que reconocer que se ha quedado como un poco
chapucero ante la maldad y astucia de los hijos del mundo de hoy día
- pues, le está pasando lo mismo que a muchos padres débiles cuyos
hijos ya los superan en astucias de toda clase).
Fuente:
“El Gobierno de Dios”, tomo 1, cap. 33, ver. 30-44
recibido por Jakob Lorbergob1.033.30-44
recibido por Jakob Lorbergob1.033.30-44
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