El origen de la A


La "A" nació en Egipto y significaba: "todo lo que edifica con sabiduría y conocimiento de lo interior". Es por eso que las pirámides fueron edificadas según la forma de la "A". Construcciones que en sus inicios estaban destinadas a servir como escuelas de sabiduría.

El mismo nombre "pirámide" lo testifica. Se compone de Piro-Mi-Dai: Piro: fuego o luz que da la sabiduría, Mi: a mí y Dai: del verbo "dar". En otras palabras pirámide significa "¡dame sabiduría!" o "¡ilumíname!".  (GEJ 5.72.2)


En la imagen siguiente vemos la palabra "CLEÓPATRA" en la escritura egipcia moderna. La A era representada por la forma de un Águila (Aquila en latín, Adler en alemán, eAgle en inglés, Αετός en griego, Aigle en francés, Arrano en vasco, Adelaar en holandés, etc.)




La escritura hebrea que usó Moisés era la de Egipto. El hebreo en la época de Jesús ya no era la misma que la que usó Moisés. El Alef (la A hebrea) es algo diferente a la original. (Ver imagen). Sin embargo se reconoce al águila original egipcio.

A la pregunta ¿cuál fue el modelo usado que dio la forma a la letra "A"? se puede contestar lo siguiente:

Los egipcios consideraban al cerebro como la sede representativa de la sabiduría, por eso usaron la forma de las neuronas piramidales* como modelo básico para representar esta letra tan importante que inicia el alfabeto que permite la transmisión del conocimiento y por ende de la sabiduría.


*descubiertas por el médico español Santiago Ramón y Cajal (*1852- †1934). Ver imagen.




Células piramidales con tinción de Golgi por Ramón y Cajal.




Albert von Kölliker, un influyente científico alemán, se sorprendió y comenzó a traducir el trabajo de Ramón y Cajal, mayoritariamente en español, al alemán. A partir de allí comenzó a extenderse la doctrina de la neurona, con lo que se remplazó la teoría reticular que entonces prevalecía. Sin embargo, Ramón y Cajal murió antes de que su teoría se comprobara.




 

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