La pobreza es no es un castigo, sino un regalo de Dios

Dijo el anciano: «¡Si Dios no nos ayuda, poco nos falta para que muramos todos! Por favor, ¡ayudadnos tanto como podáis! Si los malvados siervos de Herodes no nos hubieran quitado incluso toda la ropa que teníamos encima, entonces por lo menos podríamos ir a pedir limosna. Pero ¿dónde nos podemos presentar en estas condiciones? Las poblaciones más cercanas están demasiado lejos para nuestros niños, y nosotros estamos desnudos como el día que nacimos. Dios mío, ¿por qué, justamente nosotros, tuvimos que volvernos tan sumamente miserables? Oh, Jehová, ¿cuáles de todos nuestros pecados ante ti nos han hecho incurrir en este castigo?».

En este momento Yo me aproximé al anciano y le dije: «Amigo, esto no es consecuencia de vuestro pecado, que ante Dios es el más insignificante de Israel, sino que lo hizo el Amor de Dios.

Erais los más puros de todo Israel; sin embargo, aún había ciertos deseos adheridos a vuestras almas. Pero como Dios os ama, viéndolo, os quiso liberar de todo lo mundano de una sola vez para que pudierais ser capaces de aceptar la Gracia de vuestro Padre en el Cielo. Y esto es lo que sucedió. Ahora y en el futuro estaréis a salvo de Herodes para siempre; pues donde su codicia aprueba el saqueo total, allí tampoco cobra impuestos pues borra del registro tributario a los súbditos transformados en mendigos.

Así, de un solo golpe, quedáis libres de todo el mundo y eso es una gran caridad de Dios para con vosotros, pues ahora podéis empezar a cuidar seriamente vuestras almas.

Y os digo: en adelante no edifiquéis casas opulentas; conformaros con chozas modestas y no habrá quien os exija impuestos, salvo el Rey de Roma, única autoridad legal, y éste no os pedirá más del dos o el tres por ciento. Si tenéis algo, lo podréis pagar y si no tenéis nada, quedaréis exentos. Luego hablaremos más de ello.

De momento id a vuestras casas sin techo y encontraréis alimentos y ropa. Confortaos, vestíos y volved aquí, que arreglaremos el resto».

Fuente: gej.01.133

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tuyo soy, para Ti nací - Poema Teresa de Jesús

Charla: El ADN del alma y el espíritu

El café, las arañas y la Coca Cola