Cómo elevarse a sí mismo

Dios actúa visiblemente entre los hombres muy pocas veces, porque Él les ha dado, ya desde el inicio, la capacidad de, poco a poco, poder elevarse por sí mismos y por fuerza propia hasta alcanzar el nivel más alto de la vida, vida que llegará a ser similar a la de Dios. (gej09.22.8)

¿Qué hay que hacer para elevarse a sí mismo?

Convierte la Voluntad de Dios en la tuya a través de tus acciones en armonía a la Voluntad de Dios. Eres libre de hacer esto. (Otras criaturas, por más maravillosa que sean, no tienen este derecho.) De esta manera te conviertes en un señor perfecto y completamente similar a Dios. (gej09.22.7)

¿Cuál es la Voluntad de Dios?

Dios desea que creas en solo un Dios y que no tengas ningún otro dios irreal y extraño y pagano junto a Él (gej07.28.5) 

Tampoco desea que denigres ni desprestigies Su Nombre. (gej07.28.5)

El que ama a Dios jamás deseará tener otro dios y mucho menos denigrar Su Honra y Nombre

A Dios le gusta que celebres el sábado (gej07.28.7)

Y, ¿qué es celebrar el sábado?

Es retirarse de las actividades mundanas diarias y, en la tranquilidad del corazón, ocuparse con gusto en pensar en Dios y conversar con Él. Esto lo puede hacer en el día o en la noche. (gej07.28.8)

Para cumplir con estos tres deseos de Dios, es decir con estas tres Voluntades de Dios, solo necesitas amarlo por sobre todas las cosas. Este amor impedirá que peques en contra de la Voluntad de Dios. (gej07.28.8)

Otra Voluntad de Dios es:

Que ames y honres a tus padres. (gej09.29.1)

Si amas y honras a tus padres terrenales, estás amando a los primeros prójimos en tu vida y desearás hacer todo lo que a ellos les haga feliz. También amaras automáticamente a tus hermanos. Y por ende también a todos los otros hombres, porque sabrás que ellos también son hijos del Padre que está en el Cielo.

El amor a los padres te lleva al reconocimiento de Dios, el reconocimiento de ti mismo y al reconocimiento verdadero de tu prójimo.

No podrás pecar contra el resto de las Voluntades de Dios, porque a quien amas, no lo odias, no lo maldices, no lo matas o lo destruyes, ni físicamente, ni a través de alguna cólera psíquica o al alma. 

También te portarás con castidad, nada de lujuria, y serás bien educado en tu relaciones con todos. Le darás a cada uno lo suyo. No mentirás a nadie, ni estafarás a nadie. Tampoco desearás la mujer de tu prójimo ni nada de lo que tenga. (gej07.29...)

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